El patrón de comportamiento de los equipos españoles en el mercado de fichajes

Llegados a estas fechas conviene analizar cuáles son las pautas de comportamiento de los clubes españoles a la hora de afrontar el mercado de fichajes. Lejos de buscar la rentabilidad meramente económica, los clubes de fútbol deben regirse por criterios específicos y propios de esta actividad.

Las variables que definen el buen hacer de los clubes de fútbol, siendo parecidas al resto de actividades económicas, se combinan de manera diferente. A su vez, deben hacer frente a una variable adicional, que condiciona todo lo demás y que acaba por convertirse en el eje central sobre el que giran el resto de cuestiones: que la pelotita entre en la portería.

Siendo esto así, la fórmula principal que debe medir la buena gestión de un club de fútbol es el ratio que relaciona la inversión con los resultados deportivos. Los resultados puramente económicos deben ser los suficientes para que el club continúe con su actividad. Sólo eso. Lo que de verdad cuenta es ganar partidos, campeonatos.

Dicho esto, con el objeto de maximizar este ratio los clubes entienden que deben comportarse de una manera determinada atendiendo a su presupuesto. El presupuesto no deja de ser una cuestión determinada, los resultados deportivos no.

Sin embargo, en multitud de ocasiones, hay esa creencia de que existe una relación directa, y permanente, entre inversión y resultados deportivos. Se piensa que la obtención de resultados es directamente proporcional a la inversión realizada. Y eso no es del todo cierto. El fútbol es un juego de probabilidad donde los clubes deberían prestar mayor atención a la manera de maximizar sus probabilidades.

No debemos confundir valor con precio. Una cosa es el valor de un futbolista y otra su precio. Y ello depende exclusívamente de una cuestión: la certidumbre. Si pagas más es porque “sabes” que es bueno. Lo “ha demostrado”. Pero que lo haya demostrado no quiere decir que lo vaya a demostrar.

Es aquí donde podemos analizar el comportamiento de los clubes españoles atendiendo al ratio inversión/resultados deportivos y a su gestión de la certidumbre/incertidumbre dentro del mercado de fichajes.

El mercado español es preponderantemente un mercado conservador. No asume excesivos riesgos. Más bien pocos. A la hora de fichar predice excesivamente grandes comportamientos futuros en función de grandes comportamientos pasados. Prioriza la predictibilidad del jugador en lugar de su potencial. Y en muchas ocasiones eso se traduce en malos resultados deportivos asociados a malos resultados económicos. ¿Por qué? Porque, al ser un mercado conservador, en el fútbol español generalmente se compra tarde (se compra caro) y se vende tarde (se vende barato).

A continuación lo que podría ser una forma eficiente de fichar un jugador en función de la inversión y el valor del futbolista. Sin ir más lejor, el Oporto portugués es conocido por tener este patrón de comportamiento a la hora de fichar. Incluso un club español como el Sevilla podría asemejarse:

Zona ideal Compra

En su lugar, una gran cantidad de clubes “modestos” en España se comporta de la siguiente manera:

Zona compra modestos España

Y los denominados equipos “ricos” en España acostumbran a comportarse así:

Zona compra clubes ricos España

Siendo ambos conservadores, la diferencia que existe en España entre clubes “modestos” y “ricos” (salvando algunas excepciones) responde fundamentalmente a cuestiones presupuestarias, no tanto al criterio aplicado.

Sin embargo, los problemas económicos en el fútbol están obligando a ciertos clubes españoles a cambiar sus paradigmas y a priorizar el potencial sobre la predictibililad, obteniendo, además, grandes resultados como en el caso del Atlético de Madrid.

El potencial es más barato que la predictibilidad porque mientras en el primer caso hay incertidumbre en el segundo “se cree” que existe certidumbre. Guiarse por el potencial permite disponer de jugadores en sus mejores años a un precio mucho menor. Luego podríamos concluir que lo que determina el precio pagado por un jugador no es tanto el valor del jugador, que también, como la propensión o aversión al riesgo del club comprador.

Por @PaulFraga