Formas de evitar el Fair Play Financiero: El caso Leicester

El magnate tailandés Vichai Srivaddhanaprabha es el propietario del consorcio King Power, imperio dedicado a las tiendas libres de impuestos en Asia donde casi monopolizan las ventas en aeropuertos tan importantes como Bangkok o Phuket. El consorcio empresarial está creciendo hasta el punto que se ha construido un impresionante centro comercial llamado King Power Downtown Duty Free Emporium que se ha convertido en una atracción turística más en Bangkok.

El señor Srivaddhanaprabha es un apasionado del fútbol lo que, unido a su intención de expandir el grupo empresarial que dirige por Gran Bretaña, hizo que se decidiera en 2010 (a través del grupo Asia Football Investments) a comprar al Leicester City, mítico club inglés conocido como the foxes y que lucha por ascender a la Premier League, categoría máxima del fútbol inglés en la que no milita desde hace una década. Sus primeras medidas fueron inmediatas: remodelar y cambiar el nombre al Estadio (ahora se llama King Power) y contratar a un técnico de prestigio como Sven Goran Eriksson. Desde su llegada a Gran Bretaña, la expansión de sus empresas se está produciendo de forma progresiva (en varios aeropuertos británicos ya se han instalado sus tiendas Duty Free), pero paralelamente no está logrando los objetivos deportivos deseados con el Leicester. Sin embargo el magnate tailandés sigue inyectando considerables sumas de dinero e invirtiendo para que el equipo pueda conseguir el anhelado ascenso, cosa que finalmente puede ocurrir esta temporada ya que the foxes ocupan el liderato de la clasificación con una cómoda ventaja sobre sus inmediatos perseguidores Burnley, QPR, Derby County y Nottingham Forest.

El elevado gasto en contraposición a la no consecución de resultados en sus tres temporadas de mandato, han provocado una complicada situación financiera en la sociedad. Por una parte, el Leicester no acudía a financiación ajena sino que era el mismo propietario el que inyectaba capital, cifrándose en 77 millones de libras la cantidad que la familia Srivaddhanaprabha le había prestado al club en estos años. Por otra, las recurrentes pérdidas anuales (30 millones de libras en la temporada 11/12) conllevaban que la deuda de la entidad subiera hasta niveles preocupantes, lo que ponía en peligro el cumplimiento del Fair Play Financiero (FPF) por el Leicester ya que 8 millones de libras es la cuantía máxima de pérdidas declarables para poder estar dentro del ratio permitido por la ley.

Pero el magnate, undécima persona más rica de Tailandia según la revista Forbes, se ha sacado un as de la manga y en una clara de apuesta por el club ha decidido emitir 103 millones de acciones nuevas por valor de 1 libra cada una cambiándolas por su “colección de pagares”. Incluso ha preparado una segunda emisión, de 10 millones más para tener un “colchón” extra en caso de necesitar reforzar al equipo. Este tipo de “canje de deuda por acciones” es una vía de financiación que llevan a cabo algunas empresas con problemas económicos, de tal forma que se crean artificialmente nuevas acciones por lo que la empresa es más robusta en lo que a capital social se refiere y se le ofrece al acreedor formar parte de ella. Lo curioso de este caso es que “acreedor” y “nuevo accionista” es el mismo que ya poseía la empresa.

Con esta operación, el Leicester es un club saneado de deudas que ha eludido de esta forma su problema de pérdidas con el FPF y que, incluso, tiene un remanente para poder realizar alguna adquisición de cara a la búsqueda del ascenso.

Reputados analistas de la City consideran que el precio pagado es excesivo y que el valor de the foxes para el caso que llegue a la Premier debe rondar 65-70 millones, cifra ésta alejada del valor del capital social que posee el señor Srivaddhanaprabha. Sin embargo la mencionada inversión debe ser analizada desde la perspectiva global del imperio King Power, lo que no obsta a que debamos considerar la operación realizada como una arriesgada apuesta de futuro empresarial sobre cuyo desarrollo estaremos expectantes