Inversores del Barca paralizan aportaciones por retraso de obras del nuevo camo Nou

Los acreedores exigen nuevas garantías al club azulgrana tras el aplazamiento de la reapertura del estadio y el impago de intereses acordados

El FC Barcelona afronta un nuevo frente financiero a raíz del retraso en las obras del Spotify Camp Nou. Los inversores que participan en la financiación del proyecto, valorado en unos 1.450 millones de euros, han decidido paralizar temporalmente sus aportaciones y exigir garantías adicionales al club. La decisión surge después de confirmarse que el equipo no podrá abonar los 44 millones de euros en intereses que estaban previstos para finales de año, dado que el contrato establecía que dicho pago dependía de la reapertura parcial del estadio.

La entidad presidida por Joan Laporta había reprogramado en junio el regreso al Camp Nou para septiembre, con un aforo reducido de 27.000 personas para los partidos de Liga, y diciembre para los de Champions, con capacidad de 45.000 espectadores. Sin embargo, esos plazos ya han quedado obsoletos, lo que ha provocado inquietud entre los financiadores y aseguradoras implicados en el proyecto.

El club y los financiadores atribuyen el retraso a causas de fuerza mayor derivadas de las restricciones municipales y el calendario de obras

El Barça y la constructora turca Limak, encargada de ejecutar el proyecto, han coincidido en señalar que las demoras se deben a causas de “fuerza mayor”, principalmente vinculadas a las limitaciones operativas impuestas por las regulaciones municipales y los horarios laborales. Esto ha permitido mantener un tono de negociación sereno entre las partes, pese a la sorpresa inicial generada por el nuevo aplazamiento.

Según fuentes próximas al club, los inversores no interpretan esta situación como un síntoma de crisis económica. Por el contrario, destacan que los ingresos del conjunto azulgrana han mejorado de forma notable durante la pasada temporada y la actual, correspondiente a la 2025-26, lo que genera confianza en la viabilidad futura del proyecto. Aun así, la revisión de los plazos ha provocado que se reevalúen los calendarios de pago y las condiciones de los contratos financieros. La prioridad del Barça pasa por garantizar la finalización del estadio sin comprometer su liquidez, en un contexto en el que el Espai Barça sigue siendo clave para la sostenibilidad económica del club.

Las negociaciones avanzan en un clima estable aunque persiste la preocupación por el impacto del segundo aplazamiento en la confianza de los acreedores

Las conversaciones entre el Barça y las entidades financieras avanzan en un entorno más calmado que el de junio pasado, cuando el primer aplazamiento tomó por sorpresa a los acreedores. En esta ocasión, la previsibilidad y la comunicación directa han permitido evitar tensiones mayores, aunque la incertidumbre sobre la fecha definitiva de reapertura del Camp Nou sigue latente.

El club se esfuerza por preservar la confianza de los inversores, que consideran el proyecto como una inversión a largo plazo con gran potencial de retorno una vez se reabran las puertas del renovado estadio. El objetivo ahora es redefinir un nuevo cronograma que permita cumplir con los compromisos de pago sin afectar el avance de las obras ni el equilibrio financiero del club. Este segundo retraso no solo pospone la vuelta del público al estadio, sino que también reabre el debate sobre la gestión de tiempos y recursos en una de las remodelaciones más ambiciosas del fútbol europeo.