Javier Tebas sorprende infiltrado en canales piratas de Telegram

El presidente de LaLiga se adentra en grupos como ‘Panadería González’ para rastrear visualizaciones ilegales

Javier Tebas, presidente de LaLiga, ha sido identificado como participante en canales de Telegram dedicados a la piratería audiovisual, según han podido confirmar fuentes cercanas a la investigación. El mandatario aparece infiltrado en grupos como ‘Panadería González’, uno de los más activos en la distribución de enlaces e IPs para ver fútbol gratis de forma ilegal.

La aparición de Tebas en estos canales no responde a un interés personal por consumir contenido pirata, sino a una estrategia encubierta de monitorización. El objetivo sería rastrear a los usuarios y administradores que comparten emisiones sin licencia, recogiendo pruebas que faciliten posteriores actuaciones judiciales. Esta práctica, aunque controvertida, se enmarca en el férreo combate de LaLiga contra la piratería, que ha llevado incluso a contratar servicios de ciberinteligencia para seguir las trazas digitales de estos grupos.

Un método inusual que evidencia el alcance del problema

Telegram se ha convertido en uno de los epicentros de la distribución de contenido pirata en tiempo real. Los grupos como ‘Panadería González’ manejan miles de usuarios y ofrecen alternativas para acceder a partidos de LaLiga, Champions y competiciones internacionales sin pasar por las plataformas oficiales.

La infiltración de Tebas revela la preocupación real por el impacto económico que estas prácticas suponen para LaLiga y sus socios comerciales. A pesar de las campañas públicas y de las medidas tecnológicas implantadas, la piratería sigue esquivando los sistemas de control, sobre todo cuando se apoya en redes descentralizadas y de difícil trazabilidad como Telegram.

Fuentes jurídicas consultadas apuntan a que este tipo de actuaciones pueden estar respaldadas por marcos legales si están orientadas a la prevención y persecución de delitos digitales. Sin embargo, abre el debate sobre los límites éticos y legales del rastreo encubierto por parte de figuras institucionales como Javier Tebas.