Los futbolistas que ya eran ricos antes de triunfar en el fútbol

En el fútbol, como en la vida, hay personas más afortunadas que otras. Y si es verdad que algunos futbolistas tuvieron vidas complicadas, vivieron en la probreza, y en la actualidad apoyan economicamente a sus familias, otros nunca estuvieron dependientes de sus carreras para tener comida en la mesa.

Gerard Piqué

El abuelo del central del Barça, Amador Bernabéu, fue vicepresidente del club azulgrana y delegado de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Además, su padre, Joan Piqué, es abogado, y  su madre, Montserrat Bernabéu, jefa de la Unidad de Daño Cerebral del Instituto Guttman. A Piqué nunca le ha faltado de nada.

Andrea Pirlo

El centrocampista italiano vivió en una familia acaudalada; su padre, Luigi Pirlo, era el dueño de una empresa exitosa en la industria del metal.

Oliver Bierhoff

Su padre, Rolf Bierhoff, creó una compañia industrial muy lucrativa. Al alemán tampoco nunca le ha faltado de nada durante sus primeros años de vida, antes de convertirse en un futbolista de gran calidad.

Hugo Lloris

Luc Lloris, banquero de inversiones, y Marie Lloris, abogada, han proporcionado a su hijo un futuro brillante. Probablemente, nunca soñaron que sería en el fútbol.

Robin van Persie

Bob van Persie es un artista y escultor holandés bastante respetado, conocido no sólo en su país, como a nivel internacional.

Kaká

Los padres del brasileño, Bosco Izecson Pereira Leite (ingeniero) y Simone dos Santos (maestra) le dieron una infancia afortunada que él supo utilizar para convertirse en el mejor jugador del planeta, en el 2007.

Faiq Jefri Bolkiah

Con tan sólo 20 años, el delantero del Leicester City es, según la revista ‘Forbes’, el futbolista con la mayor fortuna del mundo. Nació en Los Ángeles, Estados Unidos, y es el sobrino de Hassanal Bolkiah, el Sultán del Brunei Darussalam, estado soberano de la isla de Borneo, en el Sudeste Asiático. Su familia tiene una riqueza estimada en 20.000 millones de dólares, y él gasta casi 50 millones al mes en cosas por completo superfluas, como coches, relojes y bolígrafos de oro. Comparte su enorme casa con tigres y leopardos, sus mascotas favoritas.