Los impagos ponen en una situación límite a varios equipos de la Liga

Javier Tebas, presidente de la LFP / Agencias
Javier Tebas, presidente de la LFP / Agencias

Como veníamos comentando estos últimos días, varios equipos están siendo vigilados económicamente por la LFP debido a una situación de impago de los salarios correspondientes a sus respectivos jugadores. Esta situación límite ha llevado a la AFE ha denunciar a la LFP la situación por la que ocho equipos de primera y segunda división adeudan 3 millones de euros a 47 futbolistas.

Clubes como el Racing de Santander, el Zaragoza, el Sporting de Gijón o el Recreativo de Huelva se ven afectados por esta falta de dinero a la hora abonar los sueldos de los futbolistas. Por ello, las denuncias de la AFE han tenido un efecto inmediato paralizando la inversión de dichos clubes en el mercado de fichaje impidiéndoles adquirir jugadores, pero permitiéndoles vender jugadores. Esta situación la hemos visto claramente en otro de los clubes implicados, el Getafe, que ha tenido que desprenderse de Cosmin Contra y Michel para hacer frente a sus deudas.

No devemos olvidar, que estos equipos apercibidos tienen hasta la próxima reunión de la LFP junto con la AFE para intentar hacer frente a estas deudas concluyendo como muy tarde el plazo a final de temporada. Si dicha deuda no se liquida antes del final de temporada, los clubes implicados perderían la categoría automáticamente. Si el Getafe no liquida la deuda antes del día 8, no podrá fichar en el mercado invernal que se abrió el día 1 de enero.

Con estas medidas, la LFP espera reducir las múltiples deudas que tienen los clubes con sus jugadores, que en el año 2014 aumentó en un 74% según IUSPORT con respecto al año anterior. La situación es preocupante tanto para los propios jugadores, como máximos afectados, como para la propia Liga, que ve como la imagen que da al exterior es la de una liga de deudas. La situación debe cambiar y por ello, ya es hora de que todos los clubes y la Liga pongan un poco de su parte para no derivar todo en la peor y menos justa de las sanciones como es el descenso administrativo.