El principe Ali Al Hussein es otra de las candidaturas aceptadas por la FIFA. El príncipe jordano tiene como “ventaja” ser el único de los cuatros candidatos que no es europeo. Tiene las intenciones muy claras como ya expreso en día de la presentación de su candidatura: “Me presento candidato a la presidencia de la FIFA porque estimo que es hora de dejar las polémicas internas para volver al deporte”. Su principal objetivo: Limpiar la imagen de la FIFA tras los últimos escándalos de corrupción.