La ambición de los equipos de fútbol no tiene límites. Cada vez es mayor el dinero que aportan los diferentes inversores para la distribución en televisión y eso repercute en que los clubes líderes de las clasificaciones quieran un beneficio superior al que le corresponde. Por ejemplo, en España Real Madrid y Barcelona se llevan un porcentaje muy alto de los derechos televisivos si lo relacionamos con los conjuntos que se quedaron solo seis puestos por debajo.
En la Bundesliga existe un acuerdo de solidaridad mediante el cual los equipos de segunda reciben un 20% del dinero destinado a este fin y en primera división apenas hay 50 millones entre el campeón y el recién ascendido, una miseria comparado con La Liga (120-140 millones). A partir de 2017 se estima que el dinero a repartir sea de 1000 millones y Rummenigge ya ha manifestado que espera un buen aumento para su club ya que es el principal atractivo de la competición. Los equipos punteros que le siguen apoyan también esta postura ya que entienden que deben sacar más tajada por atraer a más seguidores. De esta manera se rompería la tabla en dos entre ricos y pobres como pasa en España.