David Beckham es uno de esos escasos deportistas que siempre ha podido permitirse el lujo de no estar alineado con sus patrocinadores, probablemente porque ha coleccionado tantos que no lo ha necesitado. Sólo así se puede explicar los continuos feos que ha protagonizado con las firmas que lo patrocinan, desde raparse el pelo tras firmar un contrato millonario con una marca de champú hasta buscarse un lío con Adidas tras garantizarle a su mujer que le permitiría hacer los diseños de su nuevo equipo en la MLS.
La última polémica ha llegado con Samsung, que en su día eligió al inglés como uno de sus grandes embajadores. Tras firmar un acuerdo de patrocinio millonario, todo se fue al traste en la pasada Super Bowl, cuando las cámaras de televisión captaron a Beckham inmortalizando su presencia en el evento a través de un Iphone de Apple. En la cita con más audiencia del mundo, el exfutbolista del Real Madrid hizo publicidad de una marca que no le patrocina y dejó en evidencia a Samsung. Está por ver si los asiáticos toman medidas.