Al igual que los seres vivos, los productos tienen un ciclo vital, es decir, un periodo más o menos largo en el que: nacen, crecen, maduran y mueren. El tiempo de vida de los productos es muy diferente según sea su naturaleza. En este artículo el producto que he elegido es la quiniela. Para analizarlo, voy a ir haciendo un paralelismo entre la teoría y la praxis.
Etapa de introducción o lanzamiento.
Esta etapa está constituida por la salida al mercado de un nuevo producto. Puede ser un producto completamente nuevo o bien una innovación sobre la base de otro ya existente. Como el producto es desconocido para la mayor parte del público, las ventas en esta etapa son bajas y su crecimiento es lento.
Las Quinielas empezaron en España en septiembre de 1946. Motivado por la enorme afición al fútbol que por aquel entonces ya existía en nuestro país, debido a la enorme afluencia a los partidos, y a las cantidades económicas que se apostaban entre aficionados acerca de cuál sería el resultado del partido, el gobierno decidió regular las apuestas deportivas; para ello creó en abril de 1946 el Patronato de Apuestas Mutuas y Benéficas. El premio del boleto era de 2 pesetas, que se abonaban en el momento de retirar el boleto, antes de efectuar el pronóstico.
En esa primera jornada hubo 38.530 boletos apostados, con una facturación de 77.060 pesetas. Los premios que se repartieron fueron:
- Dos de la primera categoría que cobraron 9.603 pesetas cada uno,
- Uno de segunda categoría que cobró 7.202 pesetas,
- Uno de tercera categoría que cobró 4.801 pesetas y
- 58 de cuarta categoría que se llevaron 59 pesetas y 75 céntimos.
Lo recaudado se distribuía de la siguiente forma:
- Se destinaba a premios el 45%.
- A la Beneficencia otro 45%.
- El 10% restante para los gastos administrativos y de gestión de las quinielas.
Etapa de crecimiento.
Una vez superada la primera etapa, el producto empieza a ser conocido y las ventas experimentan un fuerte crecimiento. En este momento, la publicidad deja de ser informativa y pasa a ser persuasiva.
Los pronósticos empezaron a formularse sobre un complicado boleto que comprendía cuatro cuerpos, uno para depositar en el departamento A de un buzón dispuesto en las delegaciones y expendedurías de tabaco. Otro para depositar en el departamento B del mismo buzón, otro para entregar en la delegación en caso de sumar 130 puntos o más, y el cuarto como resguardo para el cobro, el cual exigía señalar el resultado para cada uno de los siete partidos que entraban en juego.
La puntuación que se asignaba era la siguiente en función del resultado:
- 30 puntos si el resultado era exacto,
- 20 si se acertaba el ganador y la misma diferencia de goles,
- 19 si había diferencia de un gol,
- 18 puntos si había diferencia de 2 goles
- y así sucesivamente, siempre sobre la base de acertar el ganador.
- En los casos de empate, un gol de diferencia sobre el resultado real suponían 19 puntos y dos goles de diferencia 18 puntos.
- Cualquier otra diferencia o resultado no sumaba puntos en el boleto.
Etapa de madurez.
En esta fase, la velocidad de crecimiento de las ventas comienza a estabilizarse y estas se mantienen más o menos constantes durante algún tiempo. La publicidad busca nuevos consumidores. Se intenta segmentar el mercado para conseguir nuevos clientes con argumentos cada vez más sofisticados.
En la temporada de 1948 se instauró en sistema 1X2, por el que sólo se pronostica si gana el equipo local (1), gana el visitante (2) o el partido queda en empate (X). Salvo leves modificaciones como en el número de partidos y qué hacer en caso de que el partido no se celebre, las reglas generales de la Quiniela siguen hoy en día en ese formato.
Durante estos más de 60 años de vigencia, la recaudación total ha superado los 10.500 millones de euros, se han celebrado más de 2.500 jornadas y un total de más de 35.000 partidos jugados.
En los años 80, se plantearon las necesidades económicas de los clubes de fútbol, basándose en eventos como el Mundial de Fútbol o la Olimpiada de Barcelona; de esta manera, desde el año 1998, el 10% de la recaudación es para la Liga de Fútbol Profesional, el 1% es para el Consejo Superior de Deportes y el 10,98% para las Comunidades Autónomas, con el fin de destinar el dinero a la promoción de actividades sociales e instalaciones deportivas.
La parte destinada a premios, es el 55% de lo recaudado, destinando el 10% de ello al Pleno al 15, el 12% a los 14 aciertos, mientras que los boletos con 13, 12 y 11 aciertos reciben el 8% del porcentaje de premios. Por último, los acertantes de 10 reciben el 10%. En caso de que no aparezca ningún acertante de 15 en el escrutinio, se acumula un bote para la jornada que determine el servicio de Loterías y Apuestas del Estado.
Este porcentaje de dinero de la quiniela asignado a la LFP, se destina al plan de saneamiento de los clubes de Primera y Segunda División, ayudas de los recién ascendidos a la Liga Adelante, pago de deudas en las nóminas atrasadas a futbolistas, así como financiar los desplazamientos de equipos insulares y de Ceuta o Melilla a la península.
Etapa de declive o saturación.
Las ventas en esta fase caen de forma considerable. La empresa ha de plantearse si relanza el producto, si busca nuevos usos y utilidades para el mismo, si se concentra en un segmento de mercado o si deja de comercializarlo. En este último caso debe intentar no perjudicar a los clientes ni a la imagen de la empresa, ni tampoco debe dejar agujeros para la competencia.
La Quiniela tiene un problema. De los datos recogidos en las memorias anuales de SELAE (Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado) se desprende que la recaudación total de dicha entidad por la apuesta deportiva denominada «La Quiniela» en los años indicados fue la siguiente:
La crisis la está afectando de pleno, y en lo que va de temporada ha perdido un 22 por ciento de recaudación. Teniendo en cuenta que la temporada pasada se alcanzaron unos ingresos de 326.740.337 euros en 51 jornadas, el promedio ascendía a 6.406.673 euros, casi 1,5 millones de euros más que en la 2013/14.
Esta situación obligará a la quiniela a reinventarse, no le queda otra si pretende subsistir en un mercado muy competitivo, en el que ya no goza del monopolio de las apuestas vinculadas al deporte rey.
Hace 6 temporadas, en la 2007/08, los ingresos ascendieron a 567 millones de euros, 241 millones de euros más que en la 2012/13, buena muestra de la constante caída en la recaudación del popular juego.
El hecho de que FC Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid cuenten sus partidos por victoria no ayuda, así como tampoco el hecho de que los premios de más de 2.500 euros tengan una retención del 20 por ciento.
Hace meses que se suceden las reuniones entre miembros de Loterías y Apuestas del Estado, LFP (que se lleva el 10% de la recaudación) y puntos de venta. El objetivo, darle una vuelta al formato de La Quiniela para mejorar la recaudación. Siempre sin modificar en puridad el boleto y preservando su tradicionalismo. De momento, ya se ha decidido impulsar un gran bote para el 26 de enero con vistas a comprobar la reacción en términos recaudatorios. Habrá una fuerte campaña de publicidad. Además, y por el auge de las ligas extranjeras, se pretende incluir partidos de ligas europeas (especialmente de la Premier por el interés que despiertan en los españoles). Pero el cambio clave se atacará en la 2014-15. Los planes se centran en aumentar la cuantía de los botes, en dar realce al Pleno al 15 y en apoyar la supresión de la retención del 20% a los premios.