Diego Costa cotiza al alza, pero quizás haya medido mal sus pasos. El delantero del Atlético de Madrid, que pelea actualmente por la Bota de Oro y está en la agenda de los principales equipos de Europa, aprovechó su impresionante inicio de temporada para declinar la oferta de renovación de Nike (su patrocinador hasta el pasado octubre) y pedir más dinero, mientras se puso en contacto con Adidas y Puma para trasladar sus condiciones. El objetivo estaba claro: aprovechar el momento para lograr un contrato de imagen de gran estrella.
Sin embargo la jugada no le ha salido como esperaba. La fama que arrastra de futbolista problemático y el hecho de que todavía no sea un delantero contrastado a nivel mundial (es la primera temporada en la que destaca como goleador) hicieron que Puma se retirara al instante y que tanto Nike como Adidas rechazaran una propuesta por la que Costa recibiría unos ingresos a la altura de los mejores del mundo.
Otro de los grandes problemas ha sido sin duda la mala imagen que el jugador se ha creado en Brasil. Las dos grandes marcas hubieran deseado que Costa jugase con la canarinha ya que el mercado en el país sudamericano es mucho más grande. Lejos de eso, el ‘colchonero’ tiene en contra a los aficionados del país en el que se organiza la Copa del Mundo, algo que tampoco es muy atractivo para ninguna de las firmas. Con todo, Adidas, patrocinadora de España, debería estar más interesada.
Así las cosas, y a pocos meses para la Copa del Mundo, Costa sigue sin patrocinador para sus botas y comienza a asumir que no logrará el contrato que busca. Su única opción es bajarse el caché.