El Chelsea de este año no consigue remontar y firma una de las peores rachas tanto del equipo como de su entrenador. Todo hacía pensar que, como pasa en todos los clubes grandes, la solución pasaría por unos grandes cheques para hacerse con los mejores jugadores del mercado. Sin embargo, una revisión de cuentas ha trastocado todos los planes y, salvo que saquen grandes beneficios con las ventas, parece que se quedarán compuestos y sin título.
Este último año, el equipo de Abramovich ha anunciado pérdidas por valor de 32,7 millones de euros y es consciente de que debe ajustar los presupuestos para poder cumplir con la política de Fair Play si no quiere exponerse a una sanción. El magnate ruso confía en que no tendrá problemas para solucionar esta descompensación ya que el nuevo patrocinador de su camiseta, la empresa Yokohama, le proporcionará mucho más dinero del que ganaba a través de Samsung (56,5 millones, frente a los 18 de la empresa electrónica). Cuenta también con el aumento de los derechos televisivos por ser el vigente campeón de Liga y con su participación en Champions. De momento, estos beneficios equilibrarán la enconomía de cara a la próxima temporada pero, si no mejoran sus números, se encontrarán con el mismo problema más adelante