La liga de las estrellas definitivamente ha llegado a su fin. Atrás queda los días felices en los que era la mejor liga del mundo, con equipos capaces de enfrentarse a los todopoderosos FC Barcelona y Real Madrid con posibilidades de éxito.
El dinero manda. Y es imposible que nadie puede oponerse a los cerca de 500 millones de euros de presupuesto de esos dos equipos. Sólo hace falta ver que el Atlético de Madrid, que fue el tercero en discordia, fue de unos 120 millones de euros. Así, poco se puede hacer.
La liga ha ido perdiendo valor, como lo demuestra el creciente poderío de la Bundesliga y el poder de la Premier, la competición con más ingresos del mundo con 2.900 millones de euros.
A eso hay que sumar que, por segundo año consecutivo, se consolida lo que apunta a tendencia: que la liga vende jugadores por más valor de lo que compra. Hasta la fecha, en esta temporada los equipos españoles han vendido jugadores por 406,77 millones de euros, mientras que ha gastado 269,8 millones de euros fichando, lo que supone un balance positivo de 136,9 millones de euros, según datos de la web de referencia trasnfermarkt.
La mayoría de los equipos se están especializando en hacer milagros, consiguiendo fichajes inverosímiles, la mayoría de ellos a coste cero. Rayo Vallecano, Levante o Real Valladolid son claros ejemplos de esta nueva política de vacas flacas.
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