Las cifras económicas del Mundial de Canadá, que arrancó el pasado con el partido entre la anfitriona y la selección de China, muestran la disparidad entre el fútbol femenino y masculino. Si bien el fútbol femenino se ha desarrollado positivamente durante los últimos años, los números muestran que las diferencias son aún abismales.
En infraestructura, la pasada Copa del Mundo de Brasil tuvo un coste total de 7.2 billones de euros frente a los 224 millones de euros reportados por el gobierno canadiense para el mundial femenino. Con este escaso presupuesto se han construido dos nuevos estadios y remodelado otros cuatro.
Si hablamos de ticketing, una entrada regular para la final del Mundial en Brasil costaba 570 euros. Por ver la final femenina, que tendrá lugar en Vancouver, el precio de una entrada equivalente rondará los 120 euros.
En cuanto a primas económicas FIFA ha distribuido en Brasil un total de 518 millones de euros. La campeona selección alemana ingresó 31,5 millones. Sin embargo, las selecciones participantes en el mundial femenino se repartirán alrededor de 13,4 millones de euros siendo 1,78 millones destinados a la selección campeona.
A pesar de las diferenciás económicas la decisión más polémica ha sido la insistencia de la FIFA en disputar el Mundial Femenino en campos artificiales, un tema muy delicado que ha llevado a un grupo de jugadoras a poner una demanda por discriminación sexual.