Con el objetivo de buscar una vida mejor para ellos y sus familias, miles de trabajadores han decidido migrar a Qatar para participar en la construcción de los estadios del Mundial que se celebrará en 2022. Sin embargo, ninguno de ellos sabía lo que les iba a deparar. Los trabajadores están sufriendo numerosos abusos de los derechos humanos, quedándose indocumentados y expuestos a ser detenidos y deportados a sus países de origen.
Los trabajadores, mediante un E-Mail enviado a Amnistía Internacional han dado a conocer sus auténticas condiciones laborales: “Por favor ayúdennos, nuestra empresa no nos ha pagado desde hace cuatro meses. No tenemos dinero ni para comer. Si lo denunciamos podríamos perder el trabajo. Por favor, manden este mail a alguien que nos pueda ayudar”. Los trabajadores están viviendo una pesadilla en el que ya es considerado como el Mundial más caro de la historia, que costará cerca de 200 billones de euros.
Debido al denominado sistema “de patrocinio”, los trabajadores deben obtener el permiso de sus jefes para cambiar de trabajo o abandonar el país. Este sistema está provocando que muchos de los jefes retengan los pasaportes de manera ilegal a los empleados, quedando estos atrapados en Qatar e indocumentados. Las empresas contratantes tampoco les pagan el sueldo prometido e incluso a un gran porcentaje de los asalariados ni les pagan. Los trabajadores son denigrados por sus jefes quienes llegan a referirse a ellos como “los animales”.