El caso de Dani Alves, el reconocido exjugador del Barcelona, ha tomado un giro inesperado con su reciente alegato de haber estado borracho durante la noche del supuesto incidente de agresión sexual. Esta revelación, aportada por su defensa, encabezada por la abogada Inés Guardiola, plantea una posible atenuante en el proceso legal que enfrenta el futbolista brasileño.
El estado de embriaguez como atenuante
La defensa de Alves argumenta que su estado de embriaguez mermaba sus capacidades cognitivas, cuestionando así la intencionalidad y la consciencia de sus actos. Este planteamiento busca influir en la Audiencia de Barcelona, que tiene previsto juzgar a Alves el próximo mes de febrero. La estrategia legal se centra en la absolución, negando la acusación de violación y subrayando la afección de la embriaguez en su comportamiento.
Las múltiples versiones y la confrontación con las pruebas
Este alegato añade una nueva dimensión a las diversas versiones presentadas por Alves desde su detención en enero del año pasado. Inicialmente, Alves negó conocer a la víctima, para luego admitir un encuentro en el baño de la discoteca, negando cualquier acto sexual. Posteriormente, confrontado con pruebas biológicas, cambió su versión a un encuentro sexual consentido. Este patrón de narrativas cambiantes ha complicado su caso, generando dudas sobre la credibilidad de sus declaraciones.
El cambio de estrategia ante pruebas concluyentes
En abril, con los resultados de las pruebas biológicas que evidenciaron su presencia en el lugar de los hechos, Alves admitió relaciones sexuales consentidas, argumentando que inicialmente mintió para ocultar su infidelidad. Esta admisión representa un cambio significativo en su defensa, pasando de la negación total a una confesión parcial, reajustando su estrategia legal ante evidencias irrefutables.
La posición de la fiscalía y la acusación particular
Frente a estos alegatos, la fiscalía solicita una pena de nueve años de cárcel por un delito de agresión sexual, además de una compensación económica a la víctima. Por su parte, la acusación particular, representando a la víctima, exige una condena de doce años, la máxima pena por violación. Este escenario legal refleja la gravedad de las acusaciones y la firme posición de los acusadores.
El juicio inminente y el futuro legal de Alves
El juicio de Alves, programado para los días 5 al 7 de febrero, será determinante en su carrera y su vida personal. Las decisiones legales y estrategias adoptadas hasta el momento reflejan una situación compleja y multifacética, donde la verdad legal se busca entre un laberinto de declaraciones cambiantes y pruebas contundentes.
La relevancia del caso Alves en el contexto legal y público
Sin duda, este caso destaca la complejidad de los procesos legales en situaciones de acusaciones de agresión sexual, especialmente cuando involucran a figuras públicas. La defensa de Dani Alves ha optado por una estrategia que busca atenuar la posible pena de haber alegando el estado borracho del jugador, mientras que la acusación se mantiene firme en su demanda de justicia. El resultado del juicio será crucial no solo para las partes involucradas, sino también como un precedente en casos de agresión sexual en el ámbito deportivo y de celebridades.