Desde que Pep Guardiola anunció que dejaba el banquillo del FC Barcelona se especuló mucho sobre su futuro, hasta que el Bayern de Munich anunció su fichaje, en una decisión para muchos sorprendente.
Ahora Pep se enfrentará al reto de dirigir a un equipo tricampeón, que ha hecho la mejor temporada de su historia dirigido por el veterano Jupp Heynckes, que abandona el club bávaro sin aún tener un destino claro: ¿se irá el Real Madrid o se retirará?
Ahora que el club se ha proclamado tricampeón todos quieren estar a su lado, pero vale la pena girar la vista atrás y analizar qué impacto supuso el fichaje de Guardiola para el club.
Los días siguientes a su fichaje se dieron de alta más de 3.500 socios, y Lufthansa y Coca Cola renovaron sus contratos de patrocinio con el club. Con estos datos, parece que la llegada de Guardiola supone un gran empujón económico para el club bávaro, pero esos datos merecen ser puestos en contexto. Estamos ante el ¿efecto Guardiola?
El Bayern, entrenado por Heynckes, era líder sólido de la Bundesliga y se iba a enfrentar al Barça en las semifinales de la Champions. Pero aún más destacable es su poderío económico, como lo demuestran algunos hechos:
- el club lleva 20 años cerrando sus ejercicios con superávit,
- la temporada pasada obtuvieron unos beneficios de 11 millones de €,
- es el cuarto club con mayores ingresos de Europa con más de 368 millones de €,
- ha pasado de 23.000 socios en 1.993 a más de 190.000 en 2.013,
- su solvencia contable está fuera de toda duda y al alcance de pocos equipos en Europa: 519 millones de € en activos totales y unos recursos propios de 239 millones de €,
- su cartera de patrocinadores es amplia, con acuerdos de gran fidelidad, como lo demuestran los más de 50 años de relación con Adidas, que es accionista del club, como lo es también Audi.
Así, se puede afirmar que el técnico aportará mucho al club, pero que el Bayern se encuentra en una posición idónea para facilitar que Pep pueda trabajar con tranquilidad y disponer del tiempo necesario para establecer su modelo en un Bayern saneado y moderno, del que muchos clubs podrían aprender. Aunque puede sentir presión por ganar tras el año más exitoso de la historia del club.