El Gobierno de Aragón está pagando los intereses y las cuotas de un crédito que el Real Zaragoza firmó en el año 2004 con el aval del Ejecutivo autonómico. Hasta ahora se ha desembolsado o se está en trámites de pagar más de medio millón de euros y se ha requerido el abono de más de 400.000 euros. En total, la DGA hará frente, por el momento, a alrededor de un millón de euros que debería haber desembolsado el club zaragozano.
En el año 2009, la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza estimó que el fútbol de Primera División aportaba más de 20 millones de euros a la economía. De todos ellos, 5,5 millones de euros eran de promoción de la ciudad y 7,9 de impacto directo. El Real Zaragoza es un gran dinamizador de la Comunidad y uno de los mejores embajadores de la ciudad, pero esto no hace que esté por encima del bien y del mal.
En época de bonanza, el fútbol y la política se convirtieron en grandes aliados. Al calor de la televisión y del crecimiento económico, las deudas comenzaron a dispararse, mientras las autoridades y las instituciones ayudaban a los clubes de fútbol de múltiples maneras.
Pero, la teta pública ya no da para más y las llamadas para refinanciar créditos, alargar plazos o recibir subvenciones a diestro y siniestro se han terminado. En un momento donde se ajusta la educación, la sanidad o los servicios sociales, donde la mejora de las comunicaciones es casi ciencia ficción y donde en las arcas públicas hay más telarañas que dinero, no se puede permitir que ni un solo euro se dedique a pagar la deuda de una entidad privada.
El millón de euros pagado es dinero que no se puede dedicar a otros conceptos. Con un presupuesto ajustado hasta el último céntimo, cantidades como estas pueden servir, utilizadas correctamente, para ayudar a los autónomos, las pequeñas y medianas empresas o para mantener el actual Estado del bienestar.
El Real Zaragoza por mucha masa social que tenga es una sociedad anónima y como tal debe ser tratada. Genera mucho dinero y dinamiza la economía, pero al igual que ella lo hacen empresas como General Motors, a la que también se avaló, o complejos comerciales y de ocio como Puerto Venecia. El Gobierno de Aragón debe hacer todo lo posible para salvar el tejido económico de la Comunidad, incluso firmar garantías si no queda más remedio, pero lo que no puede es resignarse y dedicarse a pagar una deuda que no ha generado. Debe buscar los mecanismos necesarios para que sea el club quien pague lo que debe.
El Ejecutivo autonómico hace frente a esta deuda, mientras el Real Zaragoza dedica dinero a fichar jugadores y a renovar los contratos de su plantilla. Un tiempo que no utiliza en hablar de este problema con su avalista y unas cantidades que no destina a abonar los créditos pedidos. Es nada más y nada menos que cuestión de prioridades, mientras uno paga lo que no debe, el otro gasta lo que no tiene.
Fuente: AragonDigital.es