Los clubes franceses que compiten en la Primera y Segunda División han convocado una huelga para el fin de semana del 29 de noviembre en protesta por el nuevo impuesto para ricos que está debatiendo el Gobierno del país. En caso de ser aprobado, gravaría en un 75% a los equipos que paguen más de un millón de euros en salarios.
A la espera de ver cómo se reliza el cálculo final, la reforma, aprobada el pasado mes de abril, contempla que toda empresa que pague a sus trabajadores una cantidad superior a 1 millón tendrá la obligatoriedad de pagar ese porcentaje sin exención ninguna. Es decir, a diferencia de lo que ocurre con los artistas, en este caso no es a los futbolistas a los que se les aplica la tasa impositiva, sino a los clubes de fútbol.
Esto último es importante, ya que no es lo mismo que la empresa pague un porcentaje sobre todo futbolista que supere el millón de euros, a que cada futbolista tenga que abonar el 75% de lo que cobra. En ese último supuesto, el PSG podría tener que pagar alrededor de 15o millones de euros para poder mantener sus salarios actuales (sólo Zlatan Ibrahimovic cobra 14 millones de euros netos, lo que obligaría a dispensarle una ficha de 56 millones brutos). Evidentemente esas cifra son prohibitivas, por lo todo indica que la fórmula será la primera.
En ese caso, la a Unión de Clubes Profesionales Franceses (UCPF) calcula que el impuesto para ricos tendría un coste de 44 millones de euros, 20 de ellos solamente para el París Saint Germain. El Mónaco, el otro club que paga salarios más altos, no debe afrontar esta nueva tasa al estar sujeto a la fiscalidad del Principado, mucho más benevolente.
Pese a ser mucho segundo dinero, esta segunda opción tiene más cabida dentro de la mentalidad de los franceses. Veremos finalmente qué medidas adopta el Gobierno.
