Tanto se ha hablado del Mundial de Brasil como tema deportivo que sin lugar a dudas nos ha generado una experiencia extraordinaria pero, si retomamos algunos casos previos a dicho evento podemos enfocarnos en la mascota del Mundial, Fuleco.
Efectivamente, Fuleco, quien debería de estar presente como imagen representativa de Brasil 2014 ha estado pasando desapercibido. Así como el balón con el que se juegan los encuentros, la mascota también representa alguna parte de la identidad de dicho país. En este caso, Fuleco representa un armadillo de tres bandas; una especie como común inclusive en Brasil ya que se ha considerado una especie en peligro de extinción.
Fuleco fue más parte de un sistema simbólico que publicitario. Se supone que su nombre es un compuesto de las palabras en portugués futebol y ecología. Cuando empezó el Mundial, un grupo de científicos brasileños le propusieron a la FIFA que, ya que su mascota era un armadillo de tres bandas, llevaran a cabo un proyecto de conservación. En concreto, la idea era que la FIFA comprara mil hectáreas por cada gol que se metiera en el Campeonato del Mundo, con el fin de terminar con un área aproximada de 170 mil hectáreas destinadas a convertirse en reserva natural al cuidado de los armadillos como Fuleco.
El dilema es que ante todo esto, menciona la BBC, que la FIFA no ha dado respuesta a la iniciativa, olvidando todo proceso que involucre a la mascota del Mundial pese a que esta está generando cantidades bastante gratas en temas de publicidad.