La importancia del fútbol como elemento movilizador de masas es algo sobre lo que no existen dudas lo cual, en su vertiente más populista, puede implicar un uso político del mismo. Si a ello le sumamos la capital importancia que tiene desde el punto de vista económico, derivado de los miles de millones que mueve, vemos que no faltan ingredientes para la creación de la tormenta perfecta. Y en países profundamente pasionales, más aún.
Los derechos televisivos del fútbol argentino eran propiedad de la Productora “Torneos y Competencias” hasta que en el año 2009, el Gobierno argentino se hizo con las riendas de la retransmisión de los partidos ligueros, bajo el programa denominado “Fútbol para todos” según el cual el torneo liguero se emite gratis y en abierto. Sin embargo, el auténtico dineral que conlleva para la Administración argentina sostener los contratos televisivos con “Torneos” y los clubes ha desembocado que, para este 2014 estuviera prevista la entrada nuevamente de capital privado. La compleja situación de las arcas argentinas y la ingente deuda que arrastran los clubes del país hacen necesario un nuevo modelo, siendo Jorge Capitanich, jefe de Gabinete del Gobierno de Cristina Fernández de Kichner el hombre designado para capitanear el nuevo proyecto. La idea del Gobierno argentino es seguir manteniendo el control público del fútbol pero con la entrada de capital privado lo cual es una difícil empresa. El propio Capitanich relativizaba la nueva situación: “En el Fútbol para Todos ninguna de las condiciones principales se alterarán. Absolutamente. Ingresa el sector privado. Y antes, ¿quiénes estaban?”
La persona a través de la cual se iba a canalizar la nueva situación era Marcelo Tinelli, periodista, vicepresidente de San Lorenzo de Almagro, reputado empresario y conductor del programa estrella del fútbol argentino “Showmatch”. Sin embargo, la semana pasada y sólo horas antes de la rueda de prensa donde se iban a explicar los detalles del nuevo proyecto, Tinelli y su grupo empresarial “Ideas del Sur” se desmarcaba del mismo por desavenencias con el Gobierno, principalmente con el grupo juvenil “La Cámpora” liderado por Máximo Kichner, hijo de Cristina y Néstor. El propio Tinelli venía manifestando en los días previos la dificultad de consenso con velados mensajes en twitter como “muchachos difíciles estos…” Finalmente la cuerda se rompió: “Lamento todo esto que ocurrió porque fui convocado para hacer algo que evidentemente no se podía hacer. Me di cuenta tarde”. Según informa el diario “La Nación”, este cambio de última hora supuso que los periodistas designados por Tinelli también desaparecen de las retransmisiones. Así, Mariano Closs y Juan Pablo Varsky (encargados de retransmitir los partidos de Boca Juniors) y Vignolo y Latorre (encargados de los partidos de River) fueron sustituidos a última hora por las parejas Jorge Barril – Hugo Balassone y De Paoli-Lewandowski, más del gusto de “La Cámpora”
El mismo diario afirma que el Estado a través de “Fútbol para todos” tendrá que abonar a Torneos 1.700 millones de pesos por los torneos locales y 26 millones de dólares por el Mundial.
Un problema más que sumar a la ya compleja situación del fútbol argentino.