Dentro de Europa tenemos grandes ejemplos de la evolución del fútbol a través de los procesos económicos. Surge algún millonario que, por querer incursionar en un nuevo negocio, decide comprar algún club de fútbol.
El proceso de rentabilidad que un club puede manejar no siempre es a corto plazo sin embargo, teniendo la suficiente solvencia económica, se busca optimizar y acelerar el proceso. Los “nuevos” dueños de clubes deciden hacer valer su poder de compra y hacerse de jugadores clave, inclusive sin importar pagar las cláusulas.
Tenemos al Chelsea, en donde el capricho fue Fernando Torres; el reciente Mónaco que obtuvo a Falcao, James Rodríguez y Moutinho; anteriormente el PSG que convenció a Ibrahimovic y que hoy tiene a Cavani; y de forma más general tenemos a equipos turcos.
Esta situación, o parecida, la vemos también reflejada en el continente americano, específicamente en México. Aquí, el dominio del fútbol es llevado por los personajes, si no más ricos, emblemáticos de la economía mexicana.
Por un lado tenemos al América, que prácticamente es el equipo de una de las grandes televisoras en el país; también, existe Carlos Slim quien se hiciera dueño del León; y finalmente, tenemos a la otra televisora mexicana quien, siendo dueño de Monarcas, ahora ha comprado al Atlas.
¿Cómo se estructura la victoria mexicana?
El fútbol mexicano se juega por torneos cortos, cada seis meses los torneos dan inicio con expectativas nuevas para cada club. El América había tenido una serie de resultados no tan favorables que lo llevaban a una necesidad, dicha situación obligó a su dueño a crear una nueva estructura, cambiar de entrenador y de Director Deportivo.
Obviamente, la inyección económica no se hizo esperar, trajeron a jugadores relevantes de ciertas ligas de américa y crearon una nueva identidad. El resultado final no llegó de inmediato pero al final se consiguió: fueron campeones en el 2013 con un partido heroico que dio la vuelta al mundo.
El León, con la llegada de Slim, se pensó en una nueva visión pero sin abandonar las claves de identidad que los definía. Sus partidos empezaron a ser transmitidos por la cadena deportiva ‘Fox Sports’; consiguieron el regreso al fútbol mexicano de Rafa Márquez; se invirtió en jugadores no de nombre pero sí de resultados. Al final, consiguieron el campeonato en este 2013.
El Atlas, el club fue recientemente comprado. Con esto, se puede reorganizar al club, crear una nueva estrategia, identidad, visión y objetivos. De ser un equipo de media tabla podría despuntar de los protagonistas del fútbol mexicano. Quizá no bajo un proceso de corto plazo, pues lo importante es sacarlo de zona de descenso, pero no sorprendería que dentro de un año sea el campeón.
El invertir en el fútbol mexicano ha sido de grandes resultados. Comprar y vender jugadores es más allá de jugar con la oferta y demanda; se planean nuevas estrategias de marketing para que sus aficiones se sientan más atraídos; los resultados financieros arrojan cantidades enormes en ganancias aquí no sólo es ver a un club coronarse, es ver como un proyecto de ricos se vuelve factible y que al final lo que puede dominar más el fútbol mexicano sea el dinero.