En las últimas semanas y sobre todo en esta temporada los árbitros de La Liga están tomando cierto protagonismo, pero no para bien precisamente. Son foco de diversas críticas debido a errores que han cometido en varios partidos. No obstante, no deja de ser una profesión muy sufrida en la que estar ojo avizor a todo lo que les rodea. Algunos de los comentarios que se les ha hecho al colectivo arbitral era que “para lo que ganan podrían tener una formación y una dedicación mejor”.
Un colegiado medio en Primera división cobra 3.700 euros por partido, más diez mensualidades de 11.000 euros. Se llevan 12.000 euros por derechos de imagen y 6.000 euros por cada partido en Europa. También hay que sumar un montante de 53 euros en dietas por cada día que arbitren y 12.000 euros como mínimo en concepto de publicidad que recibe el comité arbitral para repartir entre los diferentes colegiados. En total, de media, cobran más de 210.000 euros al año por pitar. Además, cuando viajan en avión lo hacen en primera clase y están obligados a pernoctar en la localidad en la que arbitren. Un árbitro de fútbol de la Liga puede ganar más dinero que el presidente del Gobierno, por ejemplo.
Más modestos son los ingresos de los asistentes, que cobran 1.440 euros (1.435, en el caso del cuarto árbitro) por partido. En la Liga Adelante, las cifras descienden de forma más significativa: 1.512 euros por encuentro para los árbitros y 682 euros para los asistentes. Igualmente, se les suma el importe de dietas y alojamiento.
El salarios de los árbitros españoles están por encima de sus homólogos europeos y sólo son superados por los jueces británicos e italianos, que ganan alrededor de 24.000 euros por partido, los primeros, y 8.000 euros fijos al mes más 4.000 por partido, los segundos.
La diferencia reside en que en estas competiciones, los árbitros son profesionales, mientras que en la Liga española la gran mayoría tiene un trabajo al margen del arbitraje. Sólo Mateu Lahoz y Velasco Carballo se dedican exclusivamente a la labor arbitral.
Desde hace varios años, la FIFA está presionando para que los árbitros se conviertan definitivamente en profesionales. La LFP deberá acoger estas exigencias, ya que el organismo español es la quien ingresa en la Federación los sueldos de los árbitros una vez recaudados de sus afiliados, los clubs.
En este caso, los colegiados verían aumentados considerablemente sus emolumentos, pero a cambio estarían concentrados cinco días a la semana en la Ciudad Deportiva de Las Rozas, donde al margen de analizar los encuentros dirigidos la jornada anterior y preparar los siguientes, recibirían cursillos constantes enfocados a mejorar su técnica arbitral. Además, podrían dedicar tiempo suficiente a mejorar su condición física, algo que en algunos casos ha dejado mucho que desear históricamente. Su condición de privilegiados puede aumentar en breve.