@MCampanilla- Johan Cruyff fue una de las primeras imágenes de marketing que se pueden recordar y uno de los impulsores de las primas para beneficiar a los jugadores por la venta de las camisetas. Corría el año 1974 cuando Johan se sentó con los dirigentes de la Federación holandesa y amenazó con no jugar el Mundial si Adidas no les pagaba una parte de los beneficios o les permitía jugar con dos rayas en vez de con tres. Debajo de esa petición se escondía una razón obvia, Cruyff tenía un contrato con Puma y había firmado la exclusividad a la hora de vestir camisetas.
Adidas se negó a las exigencias del futbolista pero buscó una solución que beneficiase a las dos partes que consistía en diseñar una camiseta única para Johan con dos rayas en lugar de tres. El problema no solo no se solucionó sino que terminó explotando contra la marca alemana ya que la singularidad de esa camiseta atraía a muchos curiosos que se interesaron por su razón de ser y Adidas quedó eclipsada. El mítico 14 explicó este episodio años después:
La Federación, en esa época, negoció con Adidas. Querían que lleváramos su camiseta, y yo pedí mi parte. Me la negaron diciendo que la camiseta era suya, y yo les dije que la cabeza era mía.