El proceso cíclico que manejan las competencias europeas es muy bien conocido por todos nosotros, mientras se juegan los partidos de Champions con los mejores de la temporada anterior, se juegan los partidos que determinarán a los próximos competidores del certamen; sin embargo el verdadero juego entra aquí cuando nos refermos a destacar si dentro de cada club existe como objetivo jugar la Champions por necesidad económica o simplemente por el puro prestigio y obligación de estar ahí.
Los premios económicos que reparte la UEFA para la Champions se vuelven cada vez más relevantes por las cifras tan altas que representan una parte importante de los ingresos de los clubes. Sólo para la edición 2014/15 se repartirán 1.340 millones €, en donde cada club puede recibir como mínimo 8.6 millones €.
La Champions League se ha convertido en un trampolín impresionante, es sin duda el mejor escenario para expandir la marca del club, obtener mejores ingresos ya sea por publicidad o derechos televisivos; para los equipos regulares en participación los ingresos percibidos tienden a ser muchas veces ya contemplados dentro del presupuesto pero para quienes no lo son se involucran en algo que beneficia por completo la situación financiera del club.
Se puede jugar por lujo cuando lo obtenido, económicamente hablando, no es relevante pero si nos adentramos más al análisis nadie se da la oportunidad de hacerlo. Podemos quizá hablar del Real Madrid, un equipo de participación regular en donde lo obtenido por premio económico de Champions no representa un porcentaje significativo pero, si desarrollamos a detalle lo que implica la Champions verríamos que la necesidad se vuelve prioridad.
Por otro lado hablemos del Ludogorests, un equipo que desde 2012 se hace presente en competiciones europeas y que desde 2010 juegan en la primera división de Bulgaria. De ellos podríamos considerar a primer instancia que juegan por necesidad, pero en realidad no; el Ludogorets es un equipo que fue creciendo poco a poco y cuya gestión financiera fue controlada de forma inteligente por lo que el premio de Champions son considerados ingresos extras, algo que ayuda pero al mismo tiempo algo que no perjudica ante su carencia.
El fútbol se ha convertido en una forma convencional de negocio que ha generado una dependencia económica muchas veces fundamentada por la necesidad y no por el lujo. La Champions otorga premios económicos, pero no estabilidad financiera.