La melancolía invadió el terreno español ante su despedida del Mundial de Brasil 2014, los resultados nada favorecedores o al menos sólo destaca su último encuentro que sirvió firmemente para dos cosas: reafirmar la teoría de una renovación española y, la despedida de algunos cracks.
Sabemos a la perfección que nada dura por siempre, y en términos deportivos la edad es la principal arma en contra de cada futbolista. La vida deportiva promedio de un futbolista es al rededor de los 35 años, más si hablamos de los porteros, y en donde influyen demasiados factores, principalmente su rendimiento que tiende a un descenso desde los 30 años.
David Villa, con 32 años, ha decidido despedirse de la Selección de España, y más cercano a ello ahora jugará en la MLS, alejándose completamente del fútbol español. Esta situación relata algo interesante en términos económicos, pues Villa alcanzó su máximo valor el llegar al Barcelona, cosa que hoy está demasiado lejos.
Edad Vs Rentabilidad Vs Valor económico
El “Guaje” ha simbolizado una imagen demasiado convencedora y emotiva de lo que es España. Su aportación al fútbol español radica desde que estaba en el UP Langreo y donde de manera progresiva iba en pie su camino, dando salto importantes cada año. El punto que marcó su entrada al mercado fue su venta del Sporting Gijón al Real Zaragoza por 2.70 millones de euros.
La calidad que presentaba no se puedo en duda, tanto que en 2 años logró un aumento a su ficha por casi 10 millones de euros, logrando así su llegada al Valencia por 12 millones de euros.
Fueron 4 años lo que le bastó a Villa para lograr el mejor momento de su carrera, pues justo aquí cuando era un crack destacado dentro del fútbol español y para la Selección española más al considerar su participación en la Eurocopa del 2008, hecho que dio como resultado la llegada de grandes patrocinadores, como el caso de Adidas y enfatizar en que era de los jugadores que generaban mayor rentabilidad.
La experiencia y calidad iban llegando a un máximo en la vida de Villa, así como su valor generando más rentabilidad, la edad se empezaba a meter como el enemigo incómodo. En 2010 llega al Barcelona por 40 millones de euros, un fichaje no sólo grandioso sino también preocupante pues el club sabía perfectamente que sería sólo por un breve momento. Durante sus primero años consiguió logros importantes, destacando el ganar la Copa Mundial de la FIFA en 2010, situación que desencadena el declive en su carrera.
David Villa llegó a valer 50 millones de euros, cosa que también le trajo contratos de publicidad bastante buenos, entre ellos Big Cola, Mahou, McDonald’s, Maxi Bon, Gameloft y Electronic Arts.
Una lesión puso fin al proceso del “Guaje” pues de estar inactivo pasó a no ser fundamental dentro de la escuadra del Barcelona, consiguiendo así su venta al Atlético de Madrid por 2.1 millones de euros, generando una oferta grata para los colchoneros y más cuando Villa se había devaluado hasta los 12 millones de euros.
Hoy, David es jugador del New York City FC manteniéndose con un valor de 10 millones de euros ganando 10 millones de dólares anuales y solamente con un contrato vigente con Adidas.
Su futuro, enfocado más a cuestiones deportivas pero que llegando al país del marketing, siendo patrocinador de Adidas, todo puede tener un rumbo diferente.