Todo el mundo tiene en la retina la imagen de Andrés Iniesta anotando el gol que dio el Mundial de Sudáfrica a España y su posterior celebración, en la que el manchego se quito la camiseta de la Selección para que todo el mundo pudiera leer en la interior el mensaje que le había dedicado a su amigo fallecido Dani Jarque. Una estampa que conquistó millones de corazones, pero que difícilmente se repetirá en la próxima Copa del Mundo.
Y es que la FIFA ha ido un paso más allá en su normativa y ha extendido la prohibición de exhibir mensajes religioso o político a todo tipo de mensajes que puedan ser lucidos por los futbolistas. Todo aquel que lo haga se enfrenta a fuertes sanciones tanto económicas, como deportivas (el jugador será amonestado con tarjeta amarilla aunque el árbitro no lo haga e incluso podría ser castigado con no disputar partidos).
Lógicamente esta medida no se toma pensando en mensajes como el ya mencionado de Iniesta, sino con el objetivo de combatir el ambush marketing. Una medida que se puso en marcha en la Eurocopa de 2012, cuando el danés Niclas Bendner celebró un gol levantándose la camiseta y dejando a la vista unos boxers donde se podía leer claramente Pady Power, una marca de casa de apuestas.