La Superliga China, un ejemplo de inversión “descontrolada” en el fútbol

Carlos Tévez / Agencias
Carlos Tévez / Agencias

La irrupción de la Superliga China supuso la “novedad” del pasado mercado de fichajes. Bien es cierto que algunos jugadores de talla mundial habían aceptado ofertas y ya se encontraban jugando en China, aunque fue en el mercado invernal cuando se desató el interés de China por los mejores jugadores del momento. Diego Costa, Cristiano Ronaldo, Leo Messi o Benzema fueron algunos de los jugadores que más sufrieron el interés chino por querer mejorar su campeonato a base de talonario.

Todos ellos dijeron ‘no’ a dichas ofertas, y el tiempo parece haberles dado la razón. Jugadores como Pato, Witsel o Carlos Tévez pusieron rumbo a China, en una operación en la que el dinero marcaba los tiempos. Todos ellos firmaron contratos que no podrían tener nunca en Europa, especialmente Carlos Tévez, quien parecía disputar sus últimos encuentros en Argentina antes de poner fin a su carrera. Una oferta de 40 millones de euros por temporada acabó siendo decisiva. Ahora, meses después, Tévez suspira por volver a Argentina.

La llegada de esos fichajes parecía que iban a generar un boom mediático, el cual llegó en forma de portadas, pero poco más, ya que ni los propios chinos han incrementado su interés por el fútbol. Torneos como la Premier League o la Liga siguen dominando, más allá del ligero crecimiento de la Superliga. Asimismo, ver que los fichajes no terminan de arrancar tampoco convence y el Gobierno chino ya ha puesto limitaciones a esta desorbitada inversión.

La pregunta es sencilla, ¿realmente encontrará el retorno deseado la Superliga China? Torneos como la MLS si han encontrado un buen nivel entre grandes fichajes y nivel competitivo. Han mejorado sus academias y han utilizado a esos jugadores “franquicia” para conseguir asentar bases. La fiebre del soccer si se ha hecho notar en Estados Unidos, donde han conseguido colocar la liga norteamericana en la segunda línea de la clasificación de ligas deportivas en el mundo del fútbol. El modelo chino parece tener fecha de caducidad, salvo que cambie radicalmente su modelo de negocio en las próximas temporadas.

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