El pasado viernes 29 de noviembre de 2013, en el programa “Acento Robinson” de la Cadena Ser, se trataba la metamorfosis que ha sufrido la Bundesliga y, por ende, el fútbol alemán.
La liga alemana hace unos 15 años sufría lo que ahora padecen las ligas italiana y española (por poner dos ejemplos significativos): campos vacíos, equipos endeudados, fracasos de sus equipos (no todos) en las competiciones europeas, etc.
Alemania siempre ha sido un país que ha sabido corregir sus desviaciones; esto es, reestructurarse y regenerarse, tanto en lo político, como en lo económico y, no iba a ser menos, en lo deportivo. Las desviaciones en cualquier entidad empresarial se identifican: o bien porque no se han ejecutado los planes como se había previsto, por falta de organización o por poca rentabilidad de los recursos, o bien, porque estos planes no eran los correctos y se habían marcado unos objetivos que no se podían conseguir. Cualquiera que sea el motivo, hay que intentar resolver la desviación, aprovechando la información obtenida en el control y realizando un planteamiento distinto. Así pues, en los primeros años del siglo XXI la liga alemana, su selección, y sobre todo sus dirigentes han hecho un lavado de imagen que era más que necesario.
Se habla mucho del saneamiento de la liga alemana; del cuidado del “producto” sin cambiar las señas de identidad. En una de las intervenciones en el programa se hace referencia a que en Alemania no está permitido que llegue ningún jeque árabe que compre algún club y genere desequilibrios estructurales, ya que el 51% de cualquier club tiene que ser propiedad alemana (según la información proporcionada por el Deutche Welle). Por ello, Alemania está lejos de la inflación (desorbitada) de los fichajes que se ha producido tanto en la Premier League (Inglaterra), como en la Liga BBVA (España), pasando por la Ligue 1 (Francia).
En definitiva, Alemania ha tenido la modestia de reconocer que algo no iba bien, y como buen país basado en una ingeniería que tiene que funcionar a la perfección, comenzó a realizar lo que en el mundo económico se conoce como “benchmarking”. Según David Kearns (Director General de Xerox Corporation): “el benchmarking es un proceso sistemático y continuo para evaluar los productos, servicios y procesos de trabajo de las organizaciones reconocidas como las mejores práctica, aquellos competidores más duros”. Han observado cómo se gestionaba la cantera en Francia, cómo se hace en España, cómo fidelizar a la afición como los ingleses, etc.
Desde el portal www.e-conomic.es vemos cuáles son los objetivos que se consiguen con el benchmarking:
- Nivel de calidad: El valor creado sobre un producto, teniendo en cuenta su precio y los costes necesarios para su fabricación y venta.
- Productividad: Las empresas comparan cuánto producen y cuánto consumen para obtener esa cantidad con el objetivo de comparar eficiencia en los procesos.
Según Rodrigo Marciel (ex presentador de MarcaTv) y José David López (ESPN) todo empieza con Jürgen Klinsmann, cuando cambió la tendencia, sin cambiar la identidad. Por un lado, dio paso a nuevas generaciones de futbolistas que necesitaba dar un paso hacia adelante, dejando a un lado los egos de las estrellas. Por otro lado, no era necesario hacer grandes fichajes para darle cierto caché a la liga; sino que había que invertir en la base, en la cantera (aumento de la calidad).
Pero no sólo hay que fijarse en los jugadores, sino que también es necesario que los espectadores vean, disfruten y opinen de dichos cambios. ¿Y cómo pueden hacer eso? Con una fórmula muy sencilla, haciendo que los aficionados vayan al estadio, con precios coherentes y horarios decentes… Si las personas van al cine o al teatro por un módico precio, por qué pagar precios desorbitados para ver fútbol. Es por ello, que la Bundesliga es, tras la NFL, la liga nacional con mayor asistencia de espectadores a los partidos ordinarios de sus ligas (aumento de la productividad).
A modo de resumen, la clave del éxito alemán está en potenciar cinco puntos que son sumamente importantes en este negocio llamado fútbol:
- Los hinchas como pilar del negocio.
- El compromiso por el buen fútbol.
- Fuerte inversión en las divisiones inferiores.
- Limpieza económica de los clubs.
- Reparto de los derechos de televisión.