Un año después de haber registrado ganancias por primera vez desde que Roman Abramovich tomará los mandos en 2003, el Chelsea ha vuelto a la senda de las pérdidas. El club londinense ha perdido un total de 49,4 millones de libras (cerca de 60 millones de euros), demostrando que el beneficio de 1,4 millones logrado en la 2012- 2013 fue algo excepcional. Y es que desde que el ruso asumiera la dirección, los números rojos son habituales: 74 millones de libras en 2004, 131 millones en 2005, 77 en 2006, 65 en 2007…
De hecho, este curso las pérdidas han sido menos cuantiosas de lo normal. Sólo en 2009, con 45 millones de libras, se perdió menos que esta temporada, prueba de que el conjunto inglés ha sido uno de los más derrochadores en la última década. Todos estos números generan cuestiones importantes de cara al Fair Play Financiero que está a punto den entrar en vigor. La UEFA tolera pérdidas de hasta 45 millones de euros en el primer periodo de monitorización del comportamiento financiero (2012-13), sin riesgo de que se prohíba la participación de un club en las competiciones europeas. El objetivo de la UEFA es que los clubes alcancen la salud financiera en sus actividades relacionadas con el fútbol. El organismo se prepara en marzo y abril para sancionar a los primeros equipos por un desempeño financiero cuestionable.
Con todo, desde el Chelsea se muestran convencidos de superar la criba sin problemas, gracias al dato récord de facturación de este curso, que llego hasta los 307 millones de euros, aumentando el resultado comercial en un 19% hasta los 95,7 millones de euros. A todo esto hay que añadirle el espectacular acuerdo comercial alcanzado con adidas, que seguirá vistiendo a los Blues durante los próximos 10 años a cambio de 360 millones de euros. Argumentos más que suficientes para pensar en una sostenibilidad financiera. Más allá de las pérdidas.