618 millones de euros. Esa es la cifra que los diferentes operadores abonan actualmente a los equipos de la Liga por la retransmisión de los partidos de fútbol en televisión. La cantidad es escasamente superior a la de la liga de Francia (poco más de 600 millones), un tercio inferior a la de Italia (915 millones) y la mitad que en Inglaterra (1270 millones). Con la mayoría de equipos asfixiados por las deudas y en vía de desintegración, ya hay quienes aseguran que un reparto más equitativo de los derechos es la única vía para poner fin a la delicada situación.
Barcelona y Madrid reciben un 40% del total de los derechos televisivos, siendo la Liga española la que mayor diferencia mantiene respecto al resto. Para que puedan hacerse una idea, culés y merengues ganan 100 millones de euros más que el tercer clasificado, lo que sólo sirve para aumentar la ya de por si escandalosa diferencia competitiva entre unos y otros.
De un tiempo a esta parte, son varias las voces que exigen al Consejo Superior de Deportes que intervenga y contemple una venta colectiva de derechos de televisión más justa, que permita a los clubes (siempre bajo la supervisión del organismo) saldar sus deudas sin necesidad de que el dinero salga de las arcas públicas, algo a lo que cada día se le tiene más miedo, ya que a esta velocidad va a ser imposible rebajar la deuda con la Agencia Tributaria si los clubes no logran mayores ingresos desde el sector privado.
Esta posibilidad la estudia actualmente Miguel Cardenal, Presidente del CSD, quien aspira a aprobar una Ley del Deporte que regule el espinoso asunto. El documento estaría redactado a final de año y entraría en vigor a partir de la próxima temporada. El único inconveniente es que los actuales operadores de televisión que gestionan los derechos no atraviesan tampoco su mejor momento.
Según algunas informaciones, Mediapro estaría gestionando una demanda contra Prisa por impagos que asciende a 88 millones de euros. El grupo de Cebrián vive en estos momentos una situación económicamente muy delicada que le impide asumir los pagos a los que ambas plataformas se comprometieron hace un año para poner fin a la denominada ‘Guerra del Fútbol. Aquello se saldó con unos gastos de explotación para Prisa que aumentaron en casi un 20%, una cifra que superaba en más de 1000 millones de euros a lo acordado antes de sellar la paz.