Es un club comprador, el mayor del mundo. Así lo demuestran los datos que describen que el Real Madrid ha fichado a los dos jugadores más caros del planeta (Cristiano Ronaldo y Gareth Bale). No obstante, también es una entidad que sabe vender, sobre todo desde que Florentino Pérez está al mando. Así, el equipo de Chamartín ha facturado 109′ 5 millones de euros en las ventas realizadas este verano, récord histórico.
Gran parte de culpa de ello la tienen los traspasos de Ozil al Arsenal (45 millones de euros más cinco por objetivos) e Higuaín al Nápoles (37 millones de euros más tres por objetivos), primera y tercera salidas más rentables en la historia del club de la capital respectivamente. Entremedias de ellas, se cuela el no tan lejano traspaso de Robinho al Manchester City a cambio de 42 millones de euros, completando el podio.
Más abajo aparecen, y a una distancia prudencial, aparecen las ventas de Anelka al Paris Saint Germain por 31 millones de euros y la de Arjen Robben al Bayern de Münich por 25 millones de euros. Claro que más modestas, si cabe, fueron las operaciones que llevaron a Owen al Newcastle, Makelele al Chelsea, Seedorf al Inter de Milan (las tres cifradas en 24 millones de euros), Redondo al Milán (21 millones de euros) y Sneijder al Inter de Milan (18 millones de euros). Y es que en antaño, y a pesar de la crisis económica mundial actual, no se negociaba como ahora.