¿Podrá Brasil sobrevivir al Mundial? Una pregunta inquietante a estas alturas. Los momentos de los mundiales se han prestado para crear historias, disfrutar de la evolución del deporte a través de los años pero también para estudiar cada uno de los efectos que estos puedan tener dentro de diferentes ámbitos. Un megaevento deportivo trae consigo causas y consecuencias que muchas veces rebasan las expectativas; problemas sociales, económicos y políticos son algunas formas en las que un Mundial puede ser reflejado. Brasil 2014 no está exento de ninguna razón o lógica, las críticas sobre esta sede surgieron desde su nombramiento; sin embargo, parece ser que así como este año el evento generará una derrama económica impresionante no será Brasil precisamente el beneficiado.
A raíz del Mundial de 2014, Brasil y el fútbol ya no serán vistos de la misma forma, el país del“joga bonito” ha ido cambiando de ideas, eso sí, no cambiarán la base cultural que representa el fútbol pues se ha consolidado como un icono de identidad pero el significado ha cambiado.
Como primer factor importante, temen que el país anfitrión esté al borde de la recesión; la actividad económica de Brasil bajó abruptamente en diciembre mientras que el Gobierno reducía gradualmente un enorme plan de estímulo con la idea de combatir la inflación. El indicador que refleja los datos del PIB brasileño bajó dos trimestres seguidos durante la segunda mitad del 2013, una evolución que coincide con la definición de una recesión técnica.
Pese a esto, las buenas expectativas siguen presentes, en especial porque se elevó la previsión de crecimiento quedando a 1.7%, una cifra aparentemente mediocre si recordamos un 7.5% en 2010 e inclusive un 2.3% en el 2013. El empleo ha encontrado un factor de crecimiento, la creación de infraestructura para el Mundial ha sido un factor significativo pero, a pesar de que se verán resultados hasta 2015, estos no son los necesarios para que Brasil logre una expansión económica.
Brasil visto desde Brasil
Un punto importante es conocer ambas caras, por un lado podemos preocuparnos por lo que pueda pasar con la FIFA y el fútbol, por otro lado podemos en verdad preocuparnos por todo lo que ocurre en Brasil en términos sociales. Lo que sí, es que no sabremos lo objetivo que puede ser el tema si no indagamos más.
Vivir en Brasil, principalmente en Rio de Janeiro ha traído diferentes experiencias para Vinicius Covas, un estudiante de periodismo que ha estado involucrado en todo el contexto llamado Brasil 2014 (viniciuscovas.com).
El fútbol se ha convertido en parte de la vida de los brasileños, toda esa pasión no es un chiste. Lo que pasa es que Brasil, así como muchos otros países, tiene sus problemas; existen muchas cuestiones acerca de salud, educación y muchos otros temas… lo que ocurre es que los brasileños tienen más amor por su país y siempre quieren lo mejor, comenta Vinicius.
Efectivamente, hemos visto demasiados movimientos sociales que afectan la imagen del fútbol. Sabemos a la perfección que la FIFA no es una organización sin fines de lucro y que el realizar un Mundial representa siempre un “honor” para quien lo organiza. Bajo esta idea, los países anfitriones tienen que destinar gran cantidad de dinero para cumplir con las exigencias de la FIFA.
Un Mundial genera inversión en infraestructura que se transforma en fuentes importantes de empleo. Dilma Rousseff ha hecho un plan económico interesante para una activación económica que permita la solvencia de un país con una economía importante, y al menos, durante estos últimos meses sí han surgido mejoras aunque como siempre sacrificando un poco otros términos.
Detrás de todo Brasil 2014 existe corrupción, como en cualquier otro evento, sólo que este tema se ha magnificado gracias a que las quejas no han sido calladas. La inversión total ha sido 3 veces mayor de lo esperado y sin poder cumplir en todo lo propuesto, algo también que se une al descontento de la gente. Lo único que se pide es hacer las cosas bien, si se promete una cosa por parte de la FIFA eso es lo que los brasileños esperan recibir, cosas buenas y no sólo un fútbol que ha generado demasiadas controversias políticas y sociales.
Los brasileños no están en contra del fútbol, no odian a su selección pero todo el contexto es lo que les ha hecho no quedarse sentados bajo el conteo del inicio del evento. Así como Río es más que playas y gente bonita, Brasil es más de lo que sólo una cara del evento se nos muestra; Brasil siempre tienen una sonrisa, culmina Vinicius.
De forma política, será el punto clave para las próximas elecciones en Brasil; para la sociedad brasileña será una fiesta pero también el síntoma perfecto para que la gente no sólo se enfoque en situaciones mediáticas sino verdaderas y de mayor calidad; para la economía brasileña será como si Brasil no hubiera sido tocado por el Mundial; mientras que para terceros, incluyendo patrocinadores y la propia FIFA, será un “boom” económico impresionante. Para el fútbol en general será el momento perfecto, entre competencia y calidad será un Mundial que jamás se olvidará.