El Consejo del Sevilla FC (SFC) está al borde de una transformación significativa, la terminación de su mandato en diciembre abre la puerta a una nueva etapa de liderazgo. Desencadenando una serie de eventos que merecen una mirada detallada. El proceso de elección del nuevo Consejo, dictado por la ley y los accionistas, presagia una batalla que no solo se limitará a los confines de un tablero de ajedrez corporativo, sino que también resonará en los tribunales.
La estrategia de los pactos parasociales es un juego de ajedrez legal
La junta que se llevó a cabo el lunes, dejó entrever lo que muchos ya sospechaban. El intento de DNC, actual presidente, de utilizar los pactos parasociales entre accionistas para influir en la futura composición del consejo. estos pactos, que no vinculan directamente a la sociedad por no estar incorporados en sus estatutos internos, son acuerdos privados que reflejan la voluntad autónoma de quienes los firman. Sin embargo, el error de esta estrategia radica en su falta de acomodo dentro de los estatutos del Sevilla FC, una situación que, según los expertos, pone de manifiesto una comprensión errónea de su verdadera naturaleza y alcance legal.
Un camino legal intrincado y las consecuencias de las decisiones empresariales
La legalidad de estos acuerdos, aunque clara en papel, se complica en la práctica. El código civil español, al referirse a ellos, establece que solo tienen fuerza de ley entre las partes firmantes. Lo que significa que ningún accionista puede limitar los derechos de otro dentro de la sociedad basándose en un pacto parasocial. En caso de incumplimiento, la solución legal es clara, acudir a los tribunales. Pero, ¿qué ocurre cuando estas disputas se trasladan al ámbito de una institución deportiva tan arraigada como el sevilla fc?
Las implicaciones legales de la elección del nuevo consejo en el sevilla
Ahora, la situación se agrava al considerar las implicaciones legales de no respetar la proporción de acciones a la hora de elegir el nuevo consejo. Si DNC impide que DNB, el accionista mayoritario, nomine a los consejeros que le corresponden, estaría cometiendo un delito. Esta maniobra no solo violaría los principios básicos del derecho societario, sino que también podría interpretarse como un abuso de posición dominante con fines lucrativos, algo expresamente penado por la ley.
La incertidumbre y el futuro del Sevilla Fútbol Club
Lo que está en juego no es solo la estructura administrativa del club, sino también su integridad y gobernabilidad futura. El intento de DNC de negar el voto a DNB podría interpretarse como un sacrificio a corto plazo. Destinado a asegurar su posición por un periodo breve, sin considerar las consecuencias legales a largo plazo. Este tipo de estrategias, lejos de resolver los problemas de fondo, solo sirven para prolongar una batalla judicial que ya se extiende por demasiado tiempo, dejando al Sevilla FC en un estado de incertidumbre y disputa continua.
La junta ordinaria y el futuro del consejo del Sevilla
Mientras tanto, la junta ordinaria promete ser el escenario de una nueva confrontación, con todas las cartas finalmente sobre la mesa. La agrupación de acciones realizada por Del Nido Benavente en 2018, que hasta ahora le ha permitido ejercer un cierto control, está a punto de expirar. La pregunta es, ¿qué nuevos movimientos legales se están preparando para mantener a raya al máximo accionista?
Sin duda, el papel de los pactos parasociales, aunque controvertido, podría ofrecer una solución temporal, siempre que los tribunales no se pronuncien en contra. Estos acuerdos, firmados en 2019, buscan una gobernabilidad compartida hasta 2027, pero su efectividad está sujeta a la interpretación judicial. Lo cierto es que, mientras no se resuelva este entuerto legal, el futuro del Sevilla FC seguirá siendo una incógnita, con la venta del club como una sombra permanente sobre su destino.