El fútbol se ha convertido en un producto totalmente transformado por la sociedad; tras la llegada de la conmemoración de los megaeventos deportivos, como los Mundiales, los términos económicos dentro del deporte han tenido su importancia cada vez más representativa. No hablemos de patrocinadores o de ingresos finales, sino de lo que se tiene que pasar para conseguir que las cosas funcionen correctamente.
Cuando Brasil 2014 dió finalizada su edición comenzó la cuenta regresiva para que Rusia reciba el próximo Mundial de Fútbol, un hecho del que se rumora se obtendran demasiados beneficios y del que por supuesto los escándalos no han faltado. Sin embargo, las intenciones siguen estando inherentes ante la incertidumbre mundial, aquella de la que todos no tenemos idea.
Para Rusia 2018 hablamos de dos fuentes de inversión, la primera y la que sin duda puede llevarse los mejores beneficios es la FIFA la cual invertirá un aproximado de 2,153 millones de dólares que se han empezado a establecer los cuales incluyen gastos en la organización local, producción de televisión, premios a los participantes, marketing, tecnología y varios rubros más. Si analizamos bien, la FIFA sólo invertira en lo que el evento se refiere, dejando al país anfitrión cargo de todos los demás gastos.
El organismo presidido por Blatter pone “la fiesta” pero la casa y a lo que su infraestructura y facilidades se refiere deben de ser por parte de Rusia. Para el Mundial de 2018 no sólo se contemplan remodelación y construcción de estadios, también se contemplan más vías de desarrollo turístico para la comodidad de los visitantes, todo esto bajo un presupuesto de 16 mil millones de dólares.
Sin embargo, la incertidumbre mundial ha puesto en apuros a Rusia. El líder del comité organizador de la Copa del Mundo de Rusia dijo que el presupuesto para el torneo de 2018 podría ser reducido porque la caída del valor del rublo contra el dólar hace que sea más caro importar materiales de construcción. También hubo una caída en el precio del petróleo, un producto esencial en la economía rusa.
Alexei Sorokin, encargado del comité organizador local, dijo que “no podemos seguir” sin las compras de materiales al extranjero, pero intentarán reemplazar los productos importados por producción local.
Sorokin dijo que el gobierno ruso “no tiene interés” en aumentar el presupuesto del Mundial para compensar por la devaluación de su moneda, y señaló que “no queda más remedio que cortar” los gastos.