Socios de Laporta controlan los derechos de TV y VAR mientras Tebas defiende la “transparencia”

La gestión de los derechos televisivos y el VAR levanta sospechas en LaLiga ¿Quién controla realmente LaLiga?

En la Premier League está estrictamente prohibido que una persona asociada a un club tenga control sobre los derechos de televisión o la gestión del VAR. Sin embargo, en LaLiga, la situación parece ser diferente. Los propietarios de los derechos de TV y VAR en la competición española son socios cercanos a Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, lo que genera serias dudas sobre la transparencia y los conflictos de interés en la liga que dirige Javier Tebas.

La conexión Laporta y las “palancas” financieras

Uno de los puntos que más controversia ha generado en los últimos años en LaLiga ha sido el uso de las llamadas “palancas financieras” para rescatar la economía del FC Barcelona. En esta operación, han participado empresas que están relacionadas directamente con los socios de Laporta. Estas mismas personas, además, supervisan la reforma del Camp Nou, el estadio del Barça, uno de los proyectos más ambiciosos del club.

El último episodio de esta trama de conexiones fue cuando se activó una nueva palanca financiera, la cual provino de una empresa que fue creada por los tres socios principales implicados en las operaciones anteriores. Esto ha suscitado la preocupación de otros clubes y aficionados sobre la independencia real de LaLiga y sus decisiones.

LaLiga “atractiva” de Javier Tebas

Bajo el mando de Javier Tebas, LaLiga ha intentado posicionarse como una de las competiciones más atractivas del mundo. Sin embargo, la creciente influencia de personajes cercanos a los altos mandos de ciertos clubes, en especial del FC Barcelona, plantea serias dudas sobre la equidad y transparencia de la competición.

Mientras que en la Premier League se mantienen estrictos controles para evitar que los derechos de transmisión o la tecnología VAR estén en manos de personas vinculadas a los clubes, en España, parece que esas líneas se difuminan. Esto no solo genera malestar entre los aficionados, sino que pone en entredicho la imparcialidad de las decisiones arbitrales y de las emisiones televisivas que cubren los partidos.