Sony se había convertido en uno de los socios oficiales de FIFA para los mundiales de fútbol con un acuerdo en el que la Federación se llevaría hasta 280 millones de dólares por año amén al patrocinio de la marca electrónica en los materiales oficiales del Mundial, como el que ven en la imagen del Brazuca de Brasil 2014.
En este sentido, la falta de transparencia de FIFA con la marca ha sido el principal motivo por el cuál han decidido romper relaciones para las próximas dos adjudicaciones de las citas mundialistas. Asimismo, se pidió que se “adhiera a sus principios de integridad, ética y juego limpio a lo largo de todos los aspectos de sus operaciones” para evitar los casos de corrupción que se temían en la firma Sony.