El FC Barcelona ha vivido una época muy irregular tras la marcha de Pep Guardiola del club. El equipo consiguió reponerse con la llegada de Pep Guardiola, pero los tres años posteriores a la marcha del técnico catalán fueron unos continuos problemas para la entidad, que vio como aumentaba y disminuía su deuda con los bancos y la Administración Pública.
La marcha de Pep Guardiola se produjo en el año 2012. Con su marcha del Barça, el club cerró dicho curso con una deuda bancaria cercana a los 103,7 millones de euros, así como una deuda con Hacienda cercana a los 56 millones. En los años siguientes, el Barça ha conseguido disminuir su deuda con los bancos, pero no así con la Administración pública que llegó a aumentar hasta en 20 millones de euros.
Así, la deuda fue aumentando y disminuyendo cada temporada, hasta el año 2014/15, en la que alcanzó su máximo, situándose (la deuda neta) en 427 millones de euros. Una cantidad elevada que poco a poco ha ido rebajando el Barcelona, en parte gracias a las ventas de varios jugadores y sus éxitos deportivos. Aunque lo cierto es que tras la marcha del club, el Barcelona consiguió disminuir, en general, su nivel de endeudamiento.