En el negocio de la venta de las camisetas de fútbol, las principales marcas se baten en duelo para conseguir los mejores contratos, otras permanecen a la espera de conseguir un buen acuerdo y las hay que se retiran de una guerra que no pueden ganar. Una guerra por el controlar el patrocinio de los grandes del fútbol donde las batallas se deciden a golpe de talonario.
La principal batalla de esta contienda la mantienen dos grandes firmas: la nortemaricana Nike y la alemana Adidas. No sólo pelean por vestir a los equipos más importantes o populares, ahora se disputan el mercado de aquellos equipos que tienen a su alcance. En esta pugna, el gigante bávaro lleva ventaja, pero el resultado final de los productos es cuanto menos cuestionable. En lo que respecta a Adidas, sus diseños toman un aire más clásico, de acuerdo al estilo aplicado en detalles como cuellos, puños, estampados, marcas de agua o patrones. En cuanto a Nike, la empresa estadounidense se ha decantado por los diseños minimalistas, con una fuerte tendencia hacia los dibujos geométricos y con resultados muy variables.
En medio de esta batalla aparece Puma, que pese a haberse hecho cargo de la vestimenta del Arsenal FC para la temporada 2014-15, no pasa por uno de sus mejores momentos económicos. En el apartado estético, la firma presenta cada año un número más limitado de ‘templates’ que su vecina Adidas, pero sus diseños son más imaginativos, consistentes y atractivos; claro ejemplo de ello son las vistosas indumentarias del combinado africano.
Por otro lado, como en todo conflicto, las bajas son un factor determinante; y en esta cruenta guerra los casos más significativos son los de Kappa y Umbro. La firma italiana no ha podido resistir el brutal avance de Adidas y Nike, y pese a pelear con sus armas de siempre, ha sufrido un duro golpe con el quiebre de su relación con la AS Roma, su principal contrato, ahora en manos de Nike. El caso de Umbro destaca por su trayectoria en este cruel mercado. En 2007 fue comprada por su competidora estadounidense Nike, y a finales de 2012 la empresa inglesa fue vendida al Iconix Bran Group, precipitando la virtual desaparición de la marca en el mercado europeo.
Esto es sólo una pequeña muestra de la cantidad de empresas inmersas en el negocio de las camisetas, un negocio que mueve cientos de millones y que es capaz de llevarse a una empresa por delante. Es triste decirlo, pero en los negocios como en la guerra, todo vale para someter a tu rival.