El fútbol se ha ido desarrollando como un deporte que ha sido construido por diferentes expectativas. En estos momentos, la diversificación de lo que para nosotros signifique fútbol ha crecido; podríamos generalizarlo con pasión o amor pero muchas veces no entendemos lo que conlleva dicha relación. Dentro de la filosofía del deporte, es básico entender que el deporte es un juego, la base de la sociedad al ser prácticamente lo primero antes de inclusive la existencia del lenguaje. Para esto también se habla de los 4 o 5 tipos de juego, en donde podemos fácilmente identificar al fútbol dentro del agón al generar la competencia, aquella que pueda establecer un ganador, también existe alea, que engloba los aspectos de suerte o azar.
El deporte sirve para desahogar emociones, y el fútbol pese a que se ha convertido en un proceso de negocio, podría ser fuente como un proceso de integración de la sociedad en donde interviene la cultura y la educación. Bajo este modelo, basándonos en la comunicología del fútbol en donde sea una especie efecto positivo a la sociedad, pues el impacto que podría tener implica mucho para un desarrollo social.
Un punto clave que podría generar un gran paso al desarrollo social es la idea de Jesús Galindo sobre ingeniería social. Las acciones que pueden llegar a mejorar a la sociedad, interviniendo en ella y en el fútbol tenemos ejemplos perfectos de ellos al ver diferentes acciones como el promover la lectura, el jugar con los ojos vendados como apoyo a la gente con problemas visuales, implementar nuevas formas como el jugar con burbujas o la convivencia sana.
El fútbol tiene una esencia en la sociedad, suele ser un factor de controversia y clara disposición; los aficionados suelen experimentar emociones a través del fútbol que no generan con otro deporte. Su popularidad ha crecido de manera significativa y así mismo es el modelo perfecto que combina diferentes clases sociales, esquemas de diversión y culturales.
Para la economía global, si se lograra realmente invertir en el fútbol generaría un impacto económico que podría alcanzar un promedio estimado del 2% del PIB mundial. La inversión privada es la primera instancia para generar un cambio, pues estos podrían estar involucradas en la creación de hoteles, renovación o construcción de estadios, diferentes centros recreativos referentes al tema; ante esto, la inversión pública podría hacer su participación a través de carreteras, transporte público y demás infraestructura que sirva para el lugar.
Todo esto, implicaría empezar por un desarrollo económico que a su vez sería factor de empleo estacional (como el generado en multieventos deportivos) pero que permita un crecimiento económico al generar mayores ingresos y la capacidad de compra se vea aumentada para que de forma general la recaudación fiscal sea mayor y se pueda producir un avance de crecimiento económico.
La existencia de estas medidas traerían como consecuencia beneficios tanto públicos y privados aunque de forma diferente pero que al mismo tiempo tendría un efecto en el desplazamiento del turismo nacional; el costo de oportunidad que generaría la inversión pública sería beneficiosa si no se descuidan otros rubros; existiría un sentimiento de orgullo y de permanencia que impulsaría la economía local.
La intervención del Gobierno tendría que ser sumamente regulativo, esta no puede intervenir directamente con la privada para que no interpreten negocios inexistentes, y así mismo no sea parte de una revuelca de la sociedad.
Todo esto son prácticamente teorías y posiblemente considerado por muchos como utopías, pero anteriormente hemos hablado de que la Bundesliga podría ser contemplada como un nuevo modelo económico. Recordemos que un buen desarrollo social genera bienestar y este puede ir ligado a un desarrollo económico.
Actualmente tenemos dos casos con resultados diferentes, los países Nórdicos han implementado un plan en donde el deporte se ajusta como uno de sus principales objetivos. Esto ha generado que estos países sean los mejores en calidad de vida. El estado se ayuda de la iniciativa privada que esta no deja de perder de vista el negocio; un detalle importante es la participación femenina, la cual tiene un gran indice de productividad. En Brasil, ante los preparativos del Mundial, el dinero destinado para infraestructura se basó en la remodelación de estadios y vías de comunicación; el problema es que Brasil descuidó rubros importantes en su economía que ahora le han generado descontento social.
Posible o no, pero vale la pena intentar hacer un cambio.