Una vez más, el fútbol europeo sufre de la ambición desmesurada de unos pocos. El presidente del Bayern de Múnich, Uli Hoeness, ha sido acusado formalmente por la fiscalía de Múnich de evasión fiscal. En los próximos días, la Audiencia Provincial alemana decidirá si abre un proceso judicial contra el máximo dirigente del conjunto bávaro.
Lo curioso de este caso, es que fue el propio Hoeness quien contactó en enero con la agencia tributaria de forma voluntaria para informar de su situación irregular. Además, el presidente admitió que tuvo depósitos sin declarar de 20 millones de euros en una entidad bancaria de Suiza. En teoría, la cuenta la abrió junto al ex director de Adidas, Robert-Louis Dreyfus, quien le habría prestado varios millones al dirigente alemán con el fin de emprender un ‘viaje‘ por el oscuro mundo de las finanzas y especulaciones.