El RCD Mallorca fue demandado por el grupo de equipos llamado G-30 al que pertenecía, la demanda puesta ante el Tribunal Español de Arbitraje Deportivo le reclama 10 millones de euros por incumplimiento de contrato.
En los servicios jurídicos del Mallorca siguen pensando que tienen razón y que estaban liberados para firmar por otro operador de televisión y que no tenian vínculo alguno con el G-30, mientras que este grupo de equipos recuerdan al Mallorca que el club tenía un contrato en vigor de venta colectiva de sus derechos.
Por todo ello, el G-30 está a punto de preparar otra demanda por daños y perjuicios, cuyo importe aún no ha trascendido, pero que según fuentes del G-30 podría estar presentada en breve.
Además, el operador Mediapro podría reclamarle ya también por vía judicia el retorno del préstamo de unos tres millones de euros a cuenta de los derechos de este año y que según Jaume Roures en Cope nunca le fueron devueltos.
Javier Cabotá vende sus acciones
El empresario Javier Cabotá, ex directivo del Mallorca e histórico accionista del RCD Mallorca, ha vendido su paquete accionarial y se ha desvinculado del Club, en un gesto cargado de alto valor simbólico y que no precisa palabras.
Cabotá no quiere hacer declaraciones, pero es obvio que tras su decisión de vender su paquete mínimo accionarial está el no querer participar del bochornoso espectáculo que viene protagonizando la institución en los dos últimos años.
Cabotá le vendió su participación al ex presidente Jaume Cladera, quien a su vez ha vendido todo su paquete a Serra Ferrer, por lo que el presidente en funciones tiene cerca de un 48% de las acciones. Cladera ha dimitido antes de ser destituido como consejero, lo que figuraba en el orden del día, y se ha desvinculado del Club.
La Junta General de accionistas del RCD Mallorca ha sido un mero trámite para la aprobación de las cuentas de la pasada temporada y el presupuesto de la presente temporada