Con las grandes estrellas cada día más lejos de LaLiga el futuro de la competición española y la salud de su fútbol llevan una década en decadencia desde que lograron la cúspide
Hace diez años, cuando España ganó el mundial de Sudáfrica, apenas tres miembros del plantel compuesto por 23 jugadores, participaba en la Premier League de Inglaterra. Hace muy poco tiempo, durante la última convocatoria oficial de la selección española, el número había subido a nueve jugadores.
¿Cuáles son las razones para que tantas estrellas españolas abandonen su propia liga y emigren al fútbol inglés? Si tuviéramos que sintetizar de manera radical, diríamos que la Liga española no opera al mismo nivel en un plano financiero.
El nuevo coronavirus no es una excusa válida. Ha afectado a cada liga del planeta. Pero abundan las diferencias. De hecho, durante el mercado de verano en Europa, la Premier League apenas descendió un 10% en sus adquisiciones respecto al mercado del año anterior. Por su parte, los clubes españoles gastaron cinco veces menos que la pasada temporada, una disminución considerable; la mayor entre las cinco ligas más importantes de Europa (Inglaterra, España, Italia, Alemania y Francia).
Algunos comparan el descenso español a la crisis italiana que se inició durante los años 90. Sin embargo, hay diferencias profundas entre ambas circunstancias. En Italia, los escándalos de corrupción se sumaron a la recesión mundial de 2008, al problema recurrente de la violencia entre aficiones y al conflicto de los estadios que, además de no ser propiedad de los clubes, muchos padecían un franco deterioro. Todos estos factores sumados dieron como resultado partidos que enfrentaban a equipos con severos conflictos económicos, jugando en estadios semivacíos y básicamente poblados por hinchadas extremadamente agresivas. Estas circunstancias tampoco eran demasiado atractivas para las masas televisivas. Por ello, la Serie A retrocedió sensiblemente en relación a otras importantes ligas europeas.
¿Pero cuál es la circunstancia actual en España? Si tuviéramos que resumir todo en una sola palabra, esta sería “impuestos”. Cuando Messi amenazó con irse del Barça hubo quien aseguró que el astro argentino se iría a Inglaterra o Italia, simplemente porque allí se pagan menos impuestos. En tiempos recientes muchos jugadores y entrenadores han enfrentado conflictos con el sistema fiscal español. El presidente de La Liga, Javier Tebas, afirmó recientemente que: “Hablando de fútbol, en lo fiscal, somos el país peor tratado de la Unión Europea. En Inglaterra e Italia hay un mejor trato de la renta de los deportistas y eso provoca una fuga de talento a estos países”.
En Inglaterra, por poner un ejemplo, los ingresos solo deben declararse desde que una persona llega al país, mientras que los extranjeros no tienen que declarar lo que ganan en el extranjero (renglón muy importante en el momento en que los jugadores declaran por los derechos de imagen cobrados a lo largo y ancho del planeta). En Italia, un futbolista paga solo 100,000 € sobre los ingresos obtenidos en el extranjero.
Ya sé que los impuestos no resultan un tema muy atractivo para los fanáticos del fútbol. Pero resultan fundamentales para comprender la situación de La Liga. Imagínate: un jugador firma un contrato de cinco años por valor de 25 millones de euros al año y gana 50 millones de euros adicionales en derechos de imagen, 40 millones de los cuales provienen del extranjero.https://d8839ef950568f7d9e754b46f6bbd3ea.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html
En Italia, ese jugador pagaría 130,4 millones de euros en impuestos. En Inglaterra, incluso menos. Apenas 120,7 millones de euros, para ser exactos. Sin embargo, en España, la suma ascendería a 215 millones de euros extraídos de sus ingresos.
¿Qué puede hacer La Liga al respecto? Por ahora, muy poco o nada. Como una forma de superar la situación, La Liga intenta garantizar que los clubes estén bien administrados y financieramente estables. La venta de los derechos de televisión ha sido fundamental en este sentido, y posiblemente representa el mayor éxito de Javier Tebas al frente de La Liga hasta la fecha.
Durante los últimos siete años, La Liga ha ayudado a los clubes españoles a reducir su deuda con las autoridades fiscales del país en un 92% (de 650 millones a 53 millones de euros). Esto ha sido gracias a un sistema más férreo de restricciones financieras. Un sistema que maneja el equivalente a un tope salarial que se calcula según el ingreso general de beneficios de cada club.
Sin embargo, estos niveles de prudencia no evitarán que los jugadores emigren en busca de mejores horizontes económicos.
Es cierto que el Barcelona y el Real Madrid siguen siendo, y es probable que siempre lo sean, grandes referentes del fútbol mundial. Su atractivo global es histórico, cultural y deportivo. Para muchos jugadores, ambos clubes continúan siendo los destinos definitivos, el punto más alto de la profesión. Ambos son los clubes con el mayor número de seguidores en las redes sociales del mundo.
Sin embargo, incluso el dúo clásico del fútbol español y mundial, se ve afectado por las leyes fiscales de España en lo que respecta a los salarios de sus jugadores.
Antes de 2015, los clubes tenían la libertad de negociar sus propios acuerdos televisivos. Esto significó que Barcelona y Madrid, los dos clubes más grandes de La Liga por una distancia considerable, ganaran mucho más dinero que sus oponentes, lo que daba como resultado un campeonato muy desequilibrado.
Sin embargo, se vislumbran ciertos cambios. Si bien, el desequilibrio monetario no se ha eliminado por completo, se están dando los primeros pasos para enfrentarlo. Gracias a nuevos contratos colectivos, los ingresos televisivos de los clubes se han triplicado, pasando de aproximadamente 600 millones de euros al año a 1,865 millones de euros al año. Tanto el Barça como el Madrid continúan recibiendo cantidades de dinero similares a las de antes, pero los ingresos de todos los demás han aumentado drásticamente, incluso triplicándose en algunos casos.
De este modo, el dinero de la televisión se ha convertido ahora en la principal fuente de ingresos de la mayoría de los equipos de La Liga, representando, en promedio, más del 60% de sus ingresos totales. Por otra parte, existe un grave riesgo de que los clubes dependan demasiado de los acuerdos de transmisión televisiva. Si la fuga de talentos le resta calidad a los juegos de La Liga, esto incidirá en la disminución de telespectadores y afectará las arcas de los clubes.
Se aproximan tiempos difíciles. Nada indica que vayan a cambiar las leyes fiscales españolas en un tiempo cercano, dejando en desventaja a los clubes de La Liga. Solo mejores contratos televisivos y una gran astucia financiera a la hora de recortar gastos imprudentes, permitirán a los clubes españoles continuar siendo competitivos en la cancha y las finanzas.