El negocio pone en riesgo la historia del Hull City

A nadie se le escapa que la Premier League es la competición con mayor expansión internacional, con un contrato televisivo interno que prácticamente duplica al español y otro para el extranjero de 2.600 millones para el periodo 2013-2016, de lejos, la que más recauda por derechos audiovisuales. Su poderío internacional, sobre todo en Asia, es incomparable con cualquier otra liga de su entorno. Todo ello ha propiciado que sean numerosos los equipos propiedad de empresarios nacidos en cualquier parte del mundo, lo que implica multitud de situaciones mucho más cercanas al ámbito empresarial que al espíritu deportivo. En su día analizamos al Leicester City, cuyo propietario lo primero que hizo es ponerle el nombre de su empresa al estadio, y hoy nos detenemos en el Hull donde Assem Allam, dueño del club, le quiere cambiar el nombre al equipo. Como lo leen.

El Hull City Association Football Club fue fundado en 1.904. Si el Leicester City (del que antes hablamos) es conocido como “the foxies” (los zorros), el Hull City AFC es conocido como “the tigers” (los tigres). La noticia es que el señor Allam ha decidido cambiarle el nombre a la sociedad adoptando oficialmente el apodo. Según él, un equipo que se llame “city” tiene un nombre vulgar. La palabra “city” está en muchos equipos por lo que estima que empresarialmente resulta necesario un toque de distinción, de ahí que haya procedido a cambiar el nombre al equipo por “Hull Tigers”. Su intención es que a partir de la temporada 2014-15, el “Hull City AFC” empezará a llamarse Hull Tigers. Estableciendo un paralelismo (irreal y sólo a modo de ejemplo), es como si el Real Madrid fuese comprado por un empresario que estimase que lo de “Real” lo tienen muchos equipos y cambiase el nombre de “Real Madrid” por “Madrid Merengues”.

Ni que decir tiene que el rechazo dentro de la hinchada del Hull ha sido máximo pero que la osadía del dueño no lo es menos. De hecho, cuestionado por la creación del grupo “City hasta la muerte” (aquí tienen su web), el señor Allam contestó “que se mueran cuando quieran, pero que nos dejen a la mayoría disfrutar del buen fútbol”. No es la única perla del mandamás que comentó que, si fuese su propietario, el Manchester City se llamaría Manchester Thunder.

 

Distintos analistas y catedráticos consultados estiman que desde el punto de vista empresarial la idea es brillante. Simon Chadwick, profesor universitario en la estrategia de negocio de los deportes manifestó a BBC Sport “Por ejemplo, la India tiene una de las mayores poblaciones del mundo, con un gran apetito por el deporte y un creciente interés en el fútbol. Un adolescente en las calles de Bombay puede no saber la diferencia entre, por ejemplo, Newcastle, Aston Villa y Hull.

Pero sabe que la palabra tigre tiene connotaciones muy positivas en la India – tan orgulloso, noble, agresivo y fuerte.” Pero es evidente que, por un lado, choca frontalmente con la historia del club y, por otro, el hacerlo por la vía del “ordeno y mando” causa más rechazo con el aficionado cuya opinión no puede ser ninguneada como ha manifestado el propio David Stern, mítico comisionado de la NBA al que le cuestionaron por el asunto como experto en la materia debido a que en el baloncesto norteamericano los equipos tienen el apodo adherido al nombre donde se instala la franquicia. Por su parte, el director de deportes de la agencia de marketing Brand Rapport ha manifestado también a la BBC: “Creo que todo el proceso se ha llevado a cabo muy mal con los aficionados, pero es una idea bastante sólida”. No sólo los aficionados están en contra, sino que el Ayuntamiento ve inapropiado quitar lo de “city” máxime ahora que Hull acaba de ser nombrada “Ciudad de la Cultura de Reino Unido 2017”

El señor Allam ha realizado la propuesta de manera formal a la Football Association, bajo la “amenaza” de abandonar el club si su propuesta es rechazada lo cual tendría consecuencias imprevisibles para el histórico Hull ya que se cifran en 72 millones de libras el capital invertido por el millonario egipcio.

Chelsea