Todos recordamos, de una manera u otra, el “gol” de Míchel a Brasil en el Mundial de México ’86. Gol que nunca subió al marcador, puesto que el árbitro de aquel partido, ni el auxiliar vieron que el balón había entrado en su totalidad. Más recientemente, conocemos el caso del gol fantasma de Lampard a Alemania, que tampoco subió. En este partido se dio la extraña situación que mediante los videomarcadores todo el estadio (árbitro principal inclusive) pudieron ver que el balón había botado dentro. Ante esto, la primera medida fue prohibir las repeticiones en lo que restaba de competición.
Claro, ahí se reabrió el debate de “Tecnología Sí, Tecnología No” en el mundo del fútbol, tal y como hacen en otros deportes como en el tenis o el cricket. Según altos directivos de los estamentos futbolísticos, esta tecnología iría en detrimento del espectáculo y la idiosincrasia del fútbol. Personalmente, incluir la tecnología iría a favor de ser más justos en determinadas jugadas y/o circunstancias y, además, nos ahorraría a más de uno, algún que disgusto.
Esa tecnología, por la que un servidor aboga, no es otra que la del sistema de Ojo de Halcón. No exento de polémica, este sistema ya está implementado en mercado futbolístico. En el pasado Mundialito de Clubes y en la Copa Confederaciones estaba instalado, aunque no hubo ninguna jugada en la que se pudiese usar. En el Mundial de Brasil 2014 también estará instalado este sistema.
En la presente temporada, la Barcleys Premier League es “pionera”, en cuanto a las ligas más importantes de Europa, en instalar dicho sistema en todos sus campos de los 20 equipos que compiten. La empresa “Hawk-Eye” es la encargada de instalar todo este sistema en los campos ingleses. Es líder mundial de los proveedores de instrumentos procesadores visuales en el deporte. No obstante, desde 2007 la Liga Inglesa ya aportó fondos para hacerse con los derechos de este sistema.
¿Cómo funcionan? ¿Cuánto cuesta?
El Ojo de Halcón es un programa informático que analiza a gran velocidad las imágenes que graban una serie de cámaras para determinar en unos segundos la ubicación exacta del balón, esto es, si ha traspasado o no, en su totalidad, la línea de gol.
El sistema que utiliza es el posicionar siete cámaras enfocadas para cada portería, y combinar la señal que se recibe desde cada ángulo para, así, formar una imagen en 3D y determinar con una precisión milimétrica si el balón cruza o no la línea.
O bien, podéis observar el sistema desde la web de la Premier League pinchando aquí.
En este momento, cualquier espectador podría preguntarse, ¿cómo sabemos si ha sido gol?, ¿se detiene el partido con el tenis? La respuesta es que no, porque los árbitros tendrán un reloj, en el cual recibirán un aviso en el que podrán ver si el balón ha entrado o no.
El sistema de Hawk-Eye cuesta alrededor de unas 250.000 libras (más de 300.000 euros) por cada uno de los 20 equipos de la Barcleys Premier League, que se empleará en cada uno de los 380 partidos que se disputarán en la presente temporada.
En este 2013/14 ya se ha tenido que usar el sistema para determinar si ha sido gol o no. Y la bendita casualidad que nos otorga el destino, hizo que quien probara este sistema fuese el mismísimo Chelsea FC de Mourinho, el cual se quedó perplejo al comprobar que la jugada que ya cantaba como gol, al final no lo fue. Otro caso ocurrió hace unas semana, que además lo pude presenciar desde mi televisión, en el partido que disputaban Hull City – Manchester City, cuando Zabaleta realizó un magnífico disparo que rebotó en el larguero y botó de tal manera que creo la duda; sin embargo, el partido siguió, ya que el árbitro no recibió ninguna señal de que el balón hubiese entrado. Posteriormente, en la televisión se pudo comprobar cómo, efectiva, el balón no entró. Es por ello, que este sistema proporciona algo de justicia.
¿Cómo afecta al mercado?
Para responder a esta pregunta voy a basarme en la teoría de la oferta y la demanda. En concreto, en la parte de la oferta. Partimos de la función de oferta, que tiene la siguiente fórmula:
QO = O (PA, PB, r, z, H)
Donde las variables con las trabaja son:
- Q = cantidad ofrecida
- PA = precio del bien
- PB = precio de otro bien
- r = precio de los factores relacionados
- z = tecnología
- H = número de empresas
La gráfica que la curva de demanda tiene la siguiente forma:
A través de ésta observamos que existe una relación directa entre la cantidad producida y el precio de mercado. Esto es, muestra la cantidad que están dispuestos los productores a vender de un bien a un precio dado. Pero claro, esta curva no es estática, sino que en ocasiones “sufre” desplazamientos. A continuación vamos a conocer por qué se producen esos desplazamientos:
- Precio de los factores productivos: el deseo de producir más, para cualquier nivel de precios, implica un desplazamiento hacia la derecha.
- Tecnología existente: una mejora de la tecnología contribuye a reducir los costes de producción y a incrementar los rendimientos, que hará que se ofrezcan más productos, lo que hará que se produzca un desplazamiento hacia la derecha.
- Número de empresas oferentes: un aumento en el número de empresas se traduce en un aumento de la oferta, con lo cual, la gráfica se desplazará hacia la derecha.
Como podéis imaginar, el factor que más me interesa es el segundo, el que hace referencia a la tecnología. Una mejora en la tecnología en cualquier ámbito implica siempre una mejora en la eficacia y en la eficiencia de aquello que se está frabricando, o del servicio que se está prestando.
Véase, por ejemplo, el caso del tenis. Cuando hay una jugada dudosa, tanto los jueces de silla, como los propios jugadores, tienen la capacidad de solicitar el citado Ojo de Halcón, siendo para los jugadores un derecho limitado. Esto que solicitan los jugadores es todo lo contrario a la falta de espectáculo, es un momento, en ocasiones, muy esperado por los espectadores, tanto los asistentes al estadio, como los telespectadores.
¿Cómo afectaría esto al mundo del fútbol? Esto es opinión, no información. Desde mi punto de vista creo que repercutiría de manera positiva, ya que crearía la misma expectación que en el tenis, incluso más; ya que ese “posible/hipotético” gol puede ser determinante para ganar un partido, empatar en el último minuto, ganar una liga, pasar una eliminatoria, ganar un mundial… Díganme sino es un momento culmen para un partido ese momento. Ojalá se implementará de tal manera, que, incluso, se pudiese utilizar la tecnología (a modo de la NFL) para jugadas polémicas, tales como faltas, fueras de juego… Eso, además de soportar un coste considerable, mediáticamente llamaría mucho más la atención del espectador, ya que proporcionaría lo buscan: ESPECTÁCULO.
Ahora, cabe preguntarse: ¿Para cuándo en la Liga Española?, ¿o primero hay que resolver otros asuntos más importantes?