La demanda interpuesta por el portero Heinz Müller contra el equipo alemán FSV Mainz 05 ha vuelto a centrar la atención en la discusión sobre la regulación laboral de los jugadores de fútbol. A los 36 años y tras cinco temporadas en el club alemán el contrato del arquero llegó a su fin y no fue renovado. Considerando la edad de Müller y el funcionamiento habitual de los contratos de deportistas, hasta aquí todo parece de lo más normal.
Sin embargo, esta decisión no fue aceptada por el cancerbero que, acogiéndose a la legislación laboral germana, decidió denunciar a su equipo. La demanda se ampara en la limitación de los contratos temporales en Alemania por la cual si un trabajador, contratado temporalmente, permanece en una empresa más allá de dos años, esté pasaría automáticamente a ocupar puesto de empleado indefinido.
Por su parte, el Mainz explicó ante el juzgado laboral que, como hasta ahora parece ser ‘lógico’, la alta variabilidad del rendimiento de un deportista justificaría una regulación contractual especial. Sin embargo, el juzgado desestimó la apelación y serán ahora las cortes superiores las que deberán dictar sentencia al respecto.
Harald Strutz, presidente del club germano, argumentó en su defensa que en caso de ofrecer contratos indefinidos tras dos años, el club tendría en nómina entre 50 y 60 futbolistas profesionales. Por eso, tanto Mainz como la mayoría de los clubes esperan una resolución a su favor que evitaría una revolución en la manera actual de concebir los contratos de los deportistas. El propio presidente afirmó que si la denuncia es aceptada por las máximas autoridades, el caso podrían tener una repercusión similar al caso Bosman.
@PedroIriondo