Heineken es socio fundamental de la ‘UEFA Champions League’ desde 2005, y ahora con su renovación hasta 2018, le ha permitido afianzar su popularidad entre aficionados al fútbol de todo el mundo, ya que el torneo fue visto el año pasado por una audiencia acumulada superior a los 4.000 millones de telespectadores en 220 países.
Sin embargo, pese a que el fútbol se ha convertido en su plataforma principal no basta con esto. Ha logrado un gran reconocimiento, como marca, gracias a su presencia en todos los canales de comunicación con campañas en las que enseña a su target, al que conoce a la perfección, a disfrutar de la vida. Pero sobre todo ha logrado diferenciarse por ser una empresa que apuesta por mensajes diferentes, creatividades originales y sorprendentes en las que no se deja ningún detalle al azar.
Vender experiencias
Dentro del fútbol, el vender experiencias es la constante de un buen marketing; el fútbol le permite experimentar, creer, jugar con la fantasía y la realidad.
Para Heineken Las claves del éxito están en la innovación, la cultura emprendedora de la empresa y su clara orientación hacia el cliente. Desde que la empresa tomó conciencia, en los años 50, de la importancia que tenía la publicidad, su estrategia siempre ha ido dirigida a vender algo más que un producto, la compañía ha apostado por vender experiencias y por crear comunidad, desarrollando todo un universo mensajes entorno a las pasiones humanas.
En estos momentos, se ha hecho una vinculación demasiado estrecha entre la marca y la competición europea. Para Heineken es importante mantenerse dentro de este público; el poder de la marca es indiscutible. Está presente en más de 170 países, es la cuarta en importancia a nivel global, y es el fútbol lo que la permitido tanta expansión.
Para el fútbol la importancia de Heineken es quizá mayor a la que se piensa. Con la Gira del Trofeo de la UEFA Champions League ha logrado implantar la idea de diversión en el fútbol, cada lugar que visita consagra a la Champions y la ejemplifica como un evento único y exclusivo del que todos somos parte sin importar cualquier diferencia.
El fútbol ha encontrado no una marca sino un compañero de emociones que se ha encargado de ejemplificar al deporte desde su punto de vista más pasional.
