Todo balance financiero que presente pérdidas al final del ejercicio futbolístico deberá ser recuperado en un máximo de dos años. Si no es así, la Junta Directiva se verá obligada a convocar elecciones. De igual manera, si esas pérdidas se descubren al final del mandato de un presidente, éste será demandado por una razón de responsabilidad social. Esas son las nuevas medidas de seguridad económica que ha tomado el FC Barcelona, según ha anunciado el portavoz azulgrana Toni Freixa en una reunión con los medios de comunicación.
Asimismo, la cosa no queda aquí ya que los socios que no atiendan a los requerimientos del club serán dados de baja de manera inmediata, a la vez que la Junta Directiva deberá someter a la votación y aprobación de los compromisarios cualquier gasto que supere el 10% del presupuesto, ya sea venta o compra de patrimonio, y tendrá que contar con el apoyo de dos tercios de socios. Por no olvidar que se creará un techo máximo de endeudamiento (no podrá ser más de dos veces el EBITDA -beneficio bruto de explotación, antes de la deducción de los gastos financieros).
Y es que en el FC Barcelona no quieren que se repitan errores del pasado y el club vuelva a sumergirse en épocas en las que el poderío económico brillaba por su ausencia.