Este año diferentes especialistas se han dedicado a estudiar el Mundial de Brasil, y seamos honestos, este megaevento deportivo será el hecho perfecto de estudio. Muchos medios a nivel internacional hablan sobre el retraso de los estadios, pero quizá ese sea el menor problema además que no es el primer país en pasar por la misma situación.
Esto va más allá de los estadios, de la competencia entre Adidas, Nike y Puma e inclusive más lejos de los beneficios que puede obtener la FIFA. Los efectos económicos de un Mundial no sólo se enfocan en beneficios para terceros y en este caso hacer el evento deportivo no siempre implica obtener buenos resultados.
Hablemos primero de los organizadores, cada Mundial implica inversión y por lo general es un gasto mayor para el Gobierno local. Este tipo de inversiones, como cualquier otra, implica que deben contar con una fecha de retorno para empezar a ver resultados y cada que se habla de infraestructura los beneficios se deben de ver reflejados en forma de mayor impacto en producción o nuevos ingresos. Siempre es un riesgo pues las estimaciones no siempre son las correctas.
Si vemos una evolución del PIB, de los anfitriones de los últimos mundiales y comparado con Brasil y el último campeón, España, podemos percibir cosas interesantes. En primer lugar que el hacer una copa del mundo no siempre traerá un impacto favorable para la economía del país, así mismo si resulta positivo se ve reflejado poco. La reactivación de la economía sí se aplica pero es un efecto que dura a lo mucho un año pasando el mundial.
Ahora, el caso especial de España que desde que fue anfitrión en 1982 su economía ha estado bajo diferentes fluctuaciones. La crisis en 2008 les afectó más de lo estimado e inclusive podemos hablar que todavía no hay una recuperación total de ello pero, siendo un país con mayor atractivo futbolístico, el hecho de haber conseguido el trofeo en 2010 ayudó a su economía pues este factor anímico reflejó fortaleza, además que fue un motivante para la población e incentivó el turismo en España.
Un Mundial de fútbol trae consigo efectos económicos interesantes, el beneficio de hacer una copa mundial es que la reactivación económica del país anfitrión genera aproximadamente un crecimiento económico del 2%, ganar el torneo genera alrededor del 1% pero, no siempre son beneficios y muchas veces no aplica en todos los casos.
Este año, para Brasil se estima sólo un impacto poco duradero del 0.7% reflejado sólo en algunos sectores. El evento de 32 días generará aumentos de corta duración en las ventas que no deben de tener un efecto material sobre los ingresos, y los disturbios asociados con el tráfico, el exceso de personas y los días de trabajo perdidos tendrán un efecto negativo sobre los negocios. Al final, probablemente será como si Brasil no hubiera sido tocado por el Mundial.