En un momento en el que la industria del marketing deportivo vive su momento más importante de la historia, se dan situaciones novedosas e incluso rocambolescas a la hora de publicitar los productos. Una de esas extrañas estrategias la vimos el pasado miércoles en el partido de la selección de Brasil, en la que la canarinha lució dos camisetas diferentes en el encuentro.
La primera parte la disputaron con la equipación conocida, mientras que en el segundo periodo decidieron saltar con la suplente azul. Una exigencia de Nike (que abona alrededor de 12 millones de euros anuales) para promocionar una segunda camiseta que no se verá mucho sobre los terrenos de juego en el Mundial, donde la seleçao será equipo local.
El objetivo es sin duda disparar las ventas. Nike es consciente de que en Brasil, la adquisión de camisetas puede registrar unos números históricos, de ahí que quieran sacar tajada también con la revolucionaria indumentaria suplente.